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Prueba: Kia Sportage 1.6 CRDi Drive Mild Hybrid


Ya sé que hemos probado el Kia Sportage hace unas semanas y que es un coche muy conocido y con una salud comercial encomiable, dentro de un segmento con una competencia voraz y con muchísimos representantes de todas las marcas. Sé que conocéis de sobra todas las virtudes de este SUV coreano, su extenso equipo de serie, sus ajustados precios, sus 7 años de garantía y su versatilidad, amén de que, si no es por experiencia propia es porque conocéis a alguien que lo tiene o habéis leído todas nuestras pruebas, sabéis cuales son sus variables mecánicas, como van y cómo funcionan.



Pero por mucho que creáis que ya no os podríamos sorprender con nada en este coche resulta que sí, ya que hemos tenido la oportunidad de probar la última versión mecánica denominada Mild Hybrid, con un pequeño motor eléctrico que apoya al motor de combustión en momentos puntuales y con lo cual, obtiene la deseada etiqueta ECO de la DGT.



Que quede claro que no estamos hablando de una variante híbrida del Kia Sportage, sino que estamos ante una solución (de postureo o no, eso ya a gusto de los consumidores), que nos permite obtener la etiqueta medioambiental y poder circular por el centro de las grandes ciudades sin apenas ningún tipo de restricción y en episodios de contaminación extrema.



¿En qué consiste esta solución?. Pues en la incorporación de un pequeño motor eléctrico de 12cv y una pequeña batería auto recargable cuya función principal no es la de mover al vehículo en modo eléctrico puro sino que ayuda, en momentos puntuales, al motor de combustión y de esa manera queda más desahogado, por ejemplo a la hora de arrancar en los semáforos o en las aceleraciones más potentes.



Una de las preguntas más frecuentes de los consumidores o posibles clientes que se interesan por este modelo, suele ser la de que cómo es posible que si es híbrido pueda tener un motor diésel. Ya sabéis que los híbridos (salvo alguna excepción puntual que no llegó a funcionar) son siempre modelos con motor de gasolina, ya que es mucho más fácil la implementación y la verdad, son mucho más "finos" en cuanto a funcionamiento se refiere.



Por ese motivo quiero que quede claro que no estamos ante un modelo híbrido, sino que el apelativo Mild Hybrid se refiere a esa pequeña batería y a ese pequeño motor eléctrico que ayuda a la mecánica diésel en circunstancias momentáneas.



La base sobre la que se comenzó a incorporar este sistema es la variable diésel 2.0 con 185cv y tracción total, que podemos combinar con una caja de cambios manual de 6 relaciones o una automática de 8 velocidades. Pero nuestra unidad de pruebas es el más novedoso 1.6 CRDi, mecánica conocida por todos, pero con ese pequeño "chute" eléctrico, de 116cv, asociado a una caja de cambios manual de 6 relaciones y el acabado intermedio Drive. También existe la mecánica de 136cv, aunque asociada a un cambio automático de 7 relaciones.



Estos dos últimos modelos, representan las versiones de acceso a la gama Mild Hybrid y suponen un revulsivo dentro del segmento, ya que estas dos mecánicas son las más demandadas por los clientes, en detrimento de la más pretenciosa versión 2.0 CRDi.



A pesar de que siempre comenzamos hablando sobre el diseño y la planta de cada vehículo que probamos, en esta ocasión creo que es más conveniente empezar por cómo funciona, lo que transmite y las virtudes de esta mecánica en este modelo tan sumamente conocido.



Abrimos la puerta, nos acomodamos en los confortables asientos, aunque con poca sujeción lateral, y arrancamos nuestra unidad de pruebas. Ante nosotros se nos presenta un cuadro de mandos muy conocido ya, con una excelente ergonomía y una gran posición de conducción, favorecida por los múltiples reglajes que nos ofrecen tanto los asientos como la columna de dirección.



No existen cambios respecto a la unidad 1.6 CRDi convencional que probamos en su momento porque no necesita ningún equipamiento de control que interaccione con el sistema Mild Hybrid. Todo es automático y es la propia centralita del vehículo la que determina cuándo y cómo suministrar ese pequeño aliciente eléctrico al motor de combustión.



¿Dónde se nota la diferencia?. Pues generalmente podemos percibirla de una manera muy evidente al arrancar en los semáforos y de una manera mucho más sutil en adelantamientos y en momentos de demanda de potencia puntual. Cuando arrancamos desde parado, notamos un pequeño "tirón" extra que produce una mayor celeridad de respuesta en primera velocidad y que se disipa una vez que ya insertamos la segunda. En adelantamientos no notamos ningún tirón extra pero, según datos oficiales, mejora en algo en las recuperaciones respecto al 1.6 CRDi convencional.



También se nota ligeramente en los consumos, ya que la marca homologa 4,4 l/100 Km en ciclo mixto y las emisiones quedan por debajo de los 120 g/km, lo que le permite lucir la etiqueta ECO y de esa manera, puede circular en periodos de restricciones por los centros de las grandes ciudades y beneficiarse de todas las ventajas adicionales que ello conlleva (exento de impuesto de matriculación, ventajas en las zonas de aparcamiento reguladas...).



Por lo demás; el Kia Sportage es exactamente igual y se comporta exactamente igual que su hermano de gama sin el sistema Mild Hybrid. Es una mecánica silenciosa y poco rumorosa con una potencia de 116cv y 280 Nm con el que es capaz de alcanzar una velocidad máxima de 180 Km/h y hacer el 0-100 Km/h en 11 segundos. Quizás se nos antoje un pelín insuficiente en materia de rendimiento, pero si somos conductores tranquilos y moderados sabremos apreciar su confort de rodadura, su funcionamiento silencioso y sus ajustados consumos.



Si hablamos de dinamismo, observamos, al igual que casi en el resto de la gama, unas suspensiones de tarado blando que absorben muy bien las imperfecciones del asfalto y que nos procuran una confortabilidad sublime en cualquier ámbito, tanto en la carretera como fuera de ella, por si queremos realizar algún tipo de incursión fuera del asfalto, ya que su altura libre respecto al suelo nos permite ciertas licencias por caminos de grava y en relativamente buen estado.



Debido a la altura de su carrocería y a ese esquema de suspensiones ligero, es un vehículo que tiene bastantes inercias a su paso por curva y no digiere muy bien los cambios de dirección a ciertas velocidades o de manera continuada, aunque nunca nos supone ninguna sensación de peligro y su batería de sistemas de seguridad y control están ahí para que si se nos va de las manos la situación, solventar el problema. De todas formas no es un coche muy específico para realizar tramos de rallyes, sino que es sumamente agradable para realizar largos trayectos de manera relajada.



Su gran equipo de serie con el acabado intermedio Drive, ayuda a que esos viajes se nos presenten más confortables y seguros con navegador, equipo de infoocio con pantalla táctil de 7", lector de señales de tráfico, sensores de aparcamiento traseros con cámara trasera, asistente de arranque en pendientes, sensores de lluvia y luces, llantas de 17", asistente de cambio involuntario de carril, control de presión de neumáticos, control de velocidad de crucero, control de descensos, detector de fatiga al volante, ordenador de a bordo, climatizador bizona o Start/Stop entre otras cosas.



La habitabilidad y la ergonomía no cambia tampoco respecto al resto de la gama Sportage y el espacio en todas sus cotas es muy respetable. Por su parte la calidad de acabados y los materiales utilizados son de buen tacto y apariencia, combinando plásticos duros y blandos con muy buenos ajustes entre si, aunque con poco impacto visual. No obstante son solidos y resistentes al uso continuado y todos los mandos de control nos los encontramos muy a mano y son muy fáciles de interpretar, además que se agradece que cuente con mandos físicos para la mayoría de las funciones.



Lo que sí cambia respecto al resto de la gama convencional, es su capacidad de maletero. En este caso se nos presenta algo más limitada debido a que la batería y el sistema Mild Hybrid se sitúa debajo del piso. De esta manera, nos encontramos con un solvente espacio de carga de 439 litros, suficiente para los enseres y maletas de cuatro ocupantes, pero un poco más pequeño de lo que se estila dentro de este segmento tan popular ya que de por si, es algo en lo que nunca ha destacado el SUV coreano.




Sin lugar a dudas, el Kia Sportage me ha parecido siempre un gran producto y a la vista está que a la mayoría de los potenciales clientes también, ya que es uno de los SUV más vendidos del momento gracias a su atractivo diseño, su gran versatilidad, su buena habitabilidad, una gama mecánica fiable y para todos los gustos y a su gran equipo de serie desde las versiones más básicas.



La incorporación de la micro-hibridación en las mecánicas más populares, añade ese plus de valor añadido al contar con la deseada etiqueta ECO y de esa manera, poder circular sin apenas restricciones por el centro de las grandes ciudades. Es un paso intermedio hasta la llegada de las versiones híbridas de verdad, pero mientras tanto cumplimos expediente.




No existen cambios sustanciales respecto a la gama convencional, con excepción de una pequeña merma de maletero y una respuesta enérgica en momentos puntuales. Pero si le añadimos que a similitud de precio, podemos obtener las ventajas que nos proporciona la etiqueta ECO; ¿por qué no decantarnos por esta solución cuando nos compremos un Sportage?.


Datos técnicos

Motor: 1.6 CRDi
Potencia: 115 cv
Vel Máx: 180 Km/h
Acel 0-100: 11 seg
Cons: 4,4 l/100 Km
Precio: Desde 25.550 euros (versión probada)

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