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Aston Martin Rapide. La clase tiene 5 puertas



No pretendo que esto sea un abecedario del motor, pero curiosamente me ha dado por empezar por la A. Aston Martin es una marca legendaria que fabrica exclusivamente coches deportivos (menos un tal Cygnet, basado en la plataforma del Toyota IQ, que está dedicado a los clientes de la marca que necesiten un Aston para ir a por el pan).



Ahora con este rollo de la crisis todas las marcas han decidido mover el mercado con nuevas ideas y conceptos para adaptarse a todo tipo de clientela, dejando a un lado la historia de la marca, sus orígenes, sus leyendas... A mí personalmente no me parece bien, pero está demostrado que, según un tal Darwin, el que no se adapta muere. Y si no, que se lo pregunten a Porsche.



Por eso, en este caso os voy a hablar del Aston Martin Rapide. Es un Aston Martin DB9, pero con cuatro puertas y cuatro ¿plazas?. Realmente es un coche muy bonito, es un gran turismo con mayúsculas y, como todos los gran turismo, tiene sus pros y sus contras.



En cuanto al diseño, es muy afilado y muy bajito, mide 1,3 metros de alto, así que si quieres entrar con clase en un coche como éste, no lo tendrás fácil. Y no te digo nada si te gusta que te lleven en el asiento trasero; a los pocos kilómetros querrás parar a echarte un cigarro o tomar un café en un área de servicio. Mucho cuero, mucha pantalla de LCD en los respaldos, mucha madera, pero entre las suspensiones firmes y lo claustrofóbico del habitáculo, realmente no vas en tu salsa. Por eso digo que lo de adaptarse está muy bien, pero por favor, no podemos hacer deportivos que se comporten como tal, con un gran diseño, un gran motor y pretender que sean una berlina familiar.



En cuanto al motor, va realmente sobrado. Es un 6.0 V12 (dedicado a la cumbre de Kioto) que no está nada exprimido con turbos y otros truquitos de magia, y nos ofrece una cifra de potencia de 470cv. Nunca te faltará fuerza pero la forma de entregarla será bastante más suave que en otros motores sobrealimentados que con menos, sacan más. Tiene tracción trasera y su velocidad máxima es de unos 300 km/h. Yo creo que suficiente para un viaje ligero teniendo en cuenta que ni las carreteras españolas ni los guardias civiles españoles, están por la labor de dejarte probar este tipo de coches.



No sé realmente a que tipo de público va dirigido este coche. Bueno sí, a los que tienen mucha pasta, porque cuesta la nada desdeñable cifra de 207.960 euros, que no está nada mal para un deportivo alargado con dos plazas traseras incomodísimas, que consume una barbaridad al igual que contamina y que su medio son las autopistas con buen firme y muchas rectas ya que por carreteras de montaña es algo torpón, debido a su envergadura de más de 5 metros de eslora y el ancho de sus vías de casi 2 metros.



Sus rivales naturales serían el nuevo Porsche Panamera y el Maserati Quattroporte, de los que hablaré en su debido tiempo.



En definitiva, es un coche que me gusta pero nunca me le compraría aunque pudiese ya que para mi gusto, lo veo poco práctico.



Es muy bonito y lujoso pero teniendo pasta y de comprar un Aston Martin, sería un Vantage V12, que por lo menos es un deportivo, tiene el mismo motor y creo que se puede disfrutar en todo tipo de terrenos (autopistas, carreteras de montaña, circuitos...).

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