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Audi S8. Elegante deportista y con clase

Eres un hombre con éxito en la vida. Tienes un gran trabajo como director de operaciones internacionales en una gran empresa, ganas mucho dinero al año y tu chófer te traslada donde tú desees en el enorme y cómodo espacio trasero, convertido en oficina rodante, de un Audi A8 W12 de la compañía.



Llegas a tu casa en una urbanización de postín después de una dura semana de trabajo y tu preciosa mujer te recibe con un caluroso beso de bienvenida. Tus dos niños (niño y niña) te abrazan efusivamente y os disponéis a viajar hacia la costa para pasar unos días libres en el chalet que tienes a pie de playa. Ya están las maletas preparadas y las colocas en el maletero del coche que utilizáis habitualmente para moveros en familia.



Podría ser un monovolumen o un todoterreno enorme de carácter premium; pero no lo es. Después de comprobar día tras día las bondades de tu coche de empresa, te decidiste a comprar el Audi S8. Señores publicistas; aquí tenéis un anuncio perfecto del S8. Si me lo plagiáis espero, por lo menos, que me compenséis de alguna forma.



Y es que el comprador de un S8 perfectamente cumple con el perfil que os he descrito arriba. Es un hombre al que le prima la comodidad y la exclusividad bajo cualquier circunstancia, pero sin perder un ápice de deportividad y seguridad para él y los suyos. Pero sobre todo; disfruta conduciendo.



El Audi S8 reúne todos esos requisitos y alguno más. Se trata de una berlina de 5,15 metros de longitud y 2050 Kg de peso, con 520cv de potencia, capaz de trepar hasta los 100 Km/h desde parado en tan solo 4,2 segundos y alcanzar con total facilidad los 250 Km/h de velocidad máxima autolimitada, aunque por unos módicos 3.000 euros, esa limitación se puede eliminar.



Su motor es un 4.0 V8 biturbo, toda una joya de la ingeniería moderna, pero curiosamente, y a pesar de su potencia, no transmite la "patada" que se le supone a un coche de estas características. La culpa de todo es la forma que tiene de entregar la fuerza. La curva de par se sitúa a 650 Nm a tan solo 1.750 rpm y se mantiene hasta unas tranquilas 5.300 rpm. La potencia máxima se alcanza a tan solo 5.750 rpm y el coche corta la inyección a 6.500 rpm.



¿Qué significa todo esto?. Pues que si el coche fuera diésel levantaría el asfalto a su paso, pero siendo gasolina esos 520cv comprimidos en una gama de revoluciones tan corta, no imprimen el carácter que se le supone a un motor así.



La caja de cambios tampoco ayuda a generar nada de deportividad al coche. Se trata de una automática de 8 velocidades innecesaria de cara a una conducción "ligera", pero muy efectiva a la hora de reducir consumos. También cuenta con un sistema de desconexión de cilindros, que hace que el coche circule con cuatro cuando no sea necesario utilizar todo el motor; por ejemplo en ciudad. Así atesora un consumo de unos 12 o 13 l/ 100 Km en ciclo mixto (10,2 oficial) que le aseguran una autonomía de unos 800 Km, ya que tiene un depósito de 90 litros.



Por lo tanto; es un coche que corre, pero no asusta. La sensación de control es excepcional en todo momento, gracias también a su tracción quattro permanente, distribuida en 60% de par a las ruedas traseras y 40% a las delanteras, aunque puede enviar la fuerza necesaria a cada eje automáticamente según se necesite.



Las líneas exteriores son las del A8, pero "regordete". Monta unas espectaculares llantas de 20" y opcionalmente puedes decantarte por unas de 21". Sus cuatro salidas de escape, los retrovisores de aluminio pulido y algún que otro distintivo exterior, delatan el A8 más radical. Me gusta el diseño de los Audi, pero no existen apenas diferencias entre ningún componente de la gama (si exceptuamos el R8). Cuesta mucho distinguir a simple vista un A4 de un A6, o un A6 de un A8, si no eres un poco conocedor de los coches. Señores, un poco de originalidad.



El interior es muy suntuoso y muy alemán. Todo está en su sitio, todo tiene una factura y unos acabados excepcionales, todo está muy bien rematado y la instrumentación tiene todo lo necesario e imprescindible para informar al conductor.


Está perfectamente insonorizado, por lo que tendremos que recurrir a la información de la instrumentación para comprobar que de verdad el coche está funcionando. Sus ventanillas dobles laminadas tienen mucho que ver en eso. Pero realmente lo que más llama la atención, es el sistema de cancelación activa del ruido. Este sistema se encarga de anular cualquier ruido externo procedente del motor por medio de ondas de alta frecuencia imperceptibles por el oído humano y que se transmiten por medio de los altavoces del coche. Es un sistema increíble y muy novedoso, que están empezando a incorporar los vehículos de alta gama. Pero aún así, el coche peca de tener un motor realmente "afónico". No suena nada y los aficionados esperamos que un motor tan potente emane algún tipo de sonido embriagador, aunque se trate de una gran berlina de representación.



Tampoco existe ninguna concesión a la deportividad en el tema de la amortiguación. Monta una suspensión neumática de dureza regulable electrónicamente con tres niveles; Confort, Auto y Dynamic. Con todas ellas circularemos de la manera más confortable, como si estaríamos montados en una auténtica alfombra voladora. Pero en la posición Dynamic...; nada..., sigue siendo bastante confortable. En esta posición se hecha en falta un poco más de dureza en los muelles y unas suspensiones que actúen con mayor sequedad y mermen los balanceos de la carrocería cuando circulamos a grandes velocidades, ya que se supone que la posición Dynamic es para eso.



A pesar de ser la variante más radical del A8 y llevar la "S" con orgullo, es un vehículo destinado al confort más absoluto. Sus afortunados ocupantes dispondrán de todas las comodidades que pueda disponer un coche de alta gama como éste, además de una gran habitabilidad interior, y su conductor, podrá disfrutar conduciéndolo desde unos asientos muy cómodos y envolventes, pero para nada deportivos, envuelto en una atmósfera de lujo extremo.



Podremos controlar casi cualquier parámetro del coche con el mando MMI situado en el centro de la consola. Será uno de los interfaces más logrados e intuitivos de los que ofrecen sus más inmediatos competidores y para esta ocasión además, se han simplificado los botones que actúan sobre él. Antes tenía ocho y ahora tiene cuatro. Con ese mando mágico se puede controlar desde la dureza de las suspensiones, hasta el navegador, pasando por el climatizador o el equipo de sonido. Toda la información se hace visible desde la pantalla retráctil de 9" que al apagar el motor, queda perfectamente integrada tras el salpicadero.



El equipamiento de serie es amplísimo, pero siempre se puede redondear con gadgets como el avisador de cambio involuntario de carril, el control de crucero inteligente, la cámara de visión nocturna, un equipo de sonido Bang&Oluffsen de 1.400W, frenos cerámicos, navegador con conexión a internet y Google Maps, con actualizaciones en tiempo real...; todo lo que tu cartera pueda pagar y quieras pagar, ya que todo lo que os he dicho sumaría más de 28.000 euros en opciones.



El precio final del S8 será de aproximadamente 130.000 euros sin opciones; claramente más barato que un Mercedes Benz S65 AMG o un Porsche Panamera Turbo, los cuales superan ampliamente los 150.000 euros. Además, el S8 es más útil, más cómodo y más amplio.
 


Es una maravilla de coche, con un gran motor, mucha potencia, muy confortable, muy tecnológico, con un acabado excepcional y más barato que sus competidores directos; pero a pesar de ser un coche redondo, se le hecha en falta un poco más de "mordiente" al motor y bastante más deportividad al chasis y en su comportamiento



No le hace del todo justicia a la "S" que luce en la tapa del maletero. Si queremos un A8 de clase alta ya tenemos el W12, mucho más refinado. ¿Quizás un RS8?. Algún día, aunque no lo creo.

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