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BMW M 135i. ¿Es o no es?

Algo está cambiando en BMW M. Después de varias décadas deleitándonos con sus creaciones más atrevidas y deportivas, ahora parece que quieren seguir la senda de sus rivales de Mercedes con sus flamantes AMG y pretenden tener una o varias versiones M en todos los productos de su gama.

Esto sería una muy buena noticia si no fuese porque también hay versiones M con propulsores diésel; cosa que a los de AMG ni se les a pasado por la cabeza (a excepción de aquella rareza de Mercedes C Sportcoupé CDI AMG), y porque parece que los M ya no serán las máquinas radicales que eran.


Los M propulsados por motores de gasóleo son una maravilla; son potentes, tienen un par descomunal, doble o triple turbo, unos consumos aquilatados y aptitudes deportivas, pero son diésel.


Por favor; ¿dónde se ha visto un deportivo diésel durante la historia del automóvil?. Parece que a partir del siglo XXI y gracias a las normas europeas anti-contaminación y en menor medida, a la famosa cumbre de Kioto. No obstante, me parece muy bien que existan motores de altas prestaciones diésel; pero, !por amor de Dios; no los denominéis M!.


Los M siempre me han encantado; desde el primer M1, con aquel aire de super-deportivo y esa silueta bajita y afilada, con aquellos faros escamoteables, esa zaga tan poderosa y motor central; pasando por todas las evoluciones del M3, incluida la versión aligerada CLS o el M5, e incluso el más reciente M6 que derivaba de la berlina. Eran y serán siempre, los auténticos BMW M.


Hace pocos años también presentaron los X5 M y los X6 M, quizás alentados por el "boom" de ventas que estaban experimentando los SUV de lujo y altas prestaciones como el Porsche Cayenne, el Range Rover Sport..., lo cual ya no me estaba gustando tanto.


Más tarde parece que volvían por el buen camino con el brutal BMW Serie 1 M Coupé, que heredaba soluciones técnicas de su hermano mayor el M3, pero enfrascadas en un envase más pequeño y la edición limitada del M3 GTS, que era un auténtico carreras cliente.
Después se volvieron a desviar del camino, para crear los M con motores diésel y con ello, ya llegó mi desencanto casi absoluto.


En la anterior generación del Serie 1 convencional no existió ninguna variante M, pero con la segunda generación y con las nuevas denominaciones de su futura gama de vehículos, sí que se han animado a fabricar un Serie 1 M como Dios manda. El precioso Serie 1 Coupé ahora pasará a llamarse Serie 2 y también tendrá su variante vitaminada correspondiente en un futuro.


Pero hay algo que no me acaba de convencer. Históricamente, las versiones más deportivas de los Serie 3 y Serie 5 o Serie 6, simplemente se llamaban M3, M5 o M6. ¿Por qué no han llamado simplemente M1 a su nueva creación?, ¿es que no es un M de verdad?. Espero que solo lo hayan hecho para evitar suspicacias y confusiones con el M1 original, que realmente fue el precursor de todas las sagas.


El nuevo BMW M135i es la versión más enérgica de la Serie 1, ¿pero es un auténtico M?; ahora lo veremos.


Empezaremos por el motor. Monta un 3.0 Twin Turbo con 6 cilindros en linea que genera 320cv y unos impresionantes 450 Nm de par máximo. El anterior 1 M Coupé generaba 340cv y el RS3 que es su máximo rival conceptual, también; pero los tres tienen la misma cantidad de par disponible bajo el pedal.


La ventaja del M135i a pesar de esos 20cv menos, radica en su peso más liviano; es 65 Kg más ligero que el 1 M y 145 Kg que el RS3, lo que le beneficia en aceleración, agilidad, consumos y emisiones. También es importante en éste campo el reparto de masas suspendidas, que es de un 50/50; teniendo en cuenta que es un tracción trasera, los de BMW han realizado un gran trabajo.


Toda esa potencia se transmite a las ruedas traseras por medio de una caja de cambios opcional automática-secuencial con levas detrás del volante de 8 velocidades o bien, una manual de 6 relaciones que es la que viene de serie por defecto, ambas con un agradable funcionamiento y un perfecto escalonamiento de las marchas.


Por cierto, y hablando de ruedas; las delanteras son más pequeñas que las traseras, 225/40 R18 delante y 245/35 R18 detrás, lo que le confiere un marcado carácter deportivo y una mayor neutralidad de reacciones y de control absoluto a la salida de las curvas.


La dirección es milimétrica y cumple a rajatabla todas nuestras indicaciones con el volante, pero es poco informativa con lo que ocurre debajo de las ruedas. El conjunto muelle-amortiguador también ha sido rebajado y endurecido sin menospreciar al confort de marcha, por lo que ahora es más efectivo en curva y los cambios de dirección mucho más fluidos y adictivos.


Las recuperaciones son fulgurantes y prácticamente tenemos todo el par disponible desde las 1.300 rpm hasta las 5.000 rpm de forma constante; apenas se nota el retardo del turbo y el acelerador se muestra solícito a tus ordenes hasta las 7.000 rpm que empieza la zona roja.


Alcanza los 250 Km/h de velocidad punta autolimitada y mantiene un consumo de unos 8 l/100 Km en ciclo mixto, lo cual no está nada mal habida cuenta de las prestaciones que ofrece.
Acelera de 0-100 Km/h en 4,9 segundos (5,1 con la caja manual), igualando a su antecesor el 1 M; contando con la diferencia de potencia entre ambos es un tiempo muy bueno.


Exteriormente, son los pequeños detalles los que nos hacen distinguir al M135i de cualquier otro BMW Serie 1. Un parachoques delantero sobredimensionado y con unas entradas de aire más prominentes, un difusor trasero con doble salida de escape, llantas de 18" con cinco radios dobles, retrovisores cromados y pinzas de freno pintadas en azul con el logotipo de Motorsport le hacen más agresivo pero sin perder la elegancia.


Aunque para gustos los colores, ya que de por sí, las formas del Serie 1 no son muy afortunadas y a la mayoría del público en general, parece que no les a calado muy hondo. Con éstos apliques deportivos gana algún punto, pero tampoco parece que la gente vaya a comprarlo por ser un coche que gire las cabezas a su paso. El M135i se puede elegir en ésta ocasión con carrocería de 3 o 5 puertas.


En el interior nos encontramos con un Serie 1 plagado de equipamiento y lo único que nos recuerda que estamos ante una versión especial son los diversos logotipos M repartidos por el habitáculo y unos asientos un poco más envolventes que de costumbre; por lo demás, todo es igual.


Una gran calidad de materiales, unos ajustes sublimes y el típico salpicadero "soso" de BMW, pero muy intuitivo y con todos los mandos a mano.


También resulta un coche bastante práctico en la utilización diaria y cuatro ocupantes se podrán alojar en su interior cómodamente con su respectivo equipaje, ya que su maletero cuenta con 360 litros de capacidad, ampliables a 1.200 si abatimos los asientos traseros.


Entonces; ¿podemos hablar ya del auténtico Serie 1 M?. Pues a pesar de que tiene una conducción muy viva y entretenida, que sus reacciones son de lo más deportivas, que su aceleración es asombrosa, que su bloque motor es delicioso, que su sonido es estremecedor, que su caja de cambios es perfecta, que su estética es bastante agresiva y que tenga todos los elementos para convertirse en un M auténtico; la verdad es que no lo es, o por lo menos, en la marca de la hélice no han querido que fuese así.


Se engloba dentro de los M Performance, o sea; la segunda división de los galácticos M, junto con los M 550d y compañía. ¿Por qué?; pues no lo sabemos, pero lo que sí sabemos es que por aproximadamente 40.000 euros podrás acceder al componente de la familia M más asequible y con una más que razonable relación precio-prestaciones; aunque no sea un M de pura raza.

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