Coches raros, exclusivos y solo para ricos
El común de los mortales, cuando queremos adquirir un coche, nos paseamos por todas las marcas que conocemos, concesionario por concesionario, para elegir el coche que más se adecúe a nuestros criterios. El precio, el diseño, el volumen de carga, el confort general, la potencia... Todas esas cosas que nos hacen decantarnos por un modelo u otro.
Pero hay una clase de personas que, por suerte para ellos, no entienden lo que es buscar la mejor oferta, el maletero más grande o si tienen dos o siete asientos. Solo entienden de diseño, de potencia y sobre todo, de exclusividad.
Las dos primeras pautas las pueden cumplir casi cualquier marca; Lamborghini, Ferrari, Mercedes Benz, BMW, Audi, Porsche... Pero la exclusividad es un tema aparte.
Indudablemente, las marcas citadas ofrecen modelos bastante exclusivos como el Murciélago o el Gallardo, el 458 Italia, el SLS AMG, el M5 o M6, el R8 o el 911 en todas sus variantes. Pero son las marcas desconocidas para la mayoría, las que atraen a un grupo de clientes a los que les gusta conducir y les gusta diferenciarse y desmarcarse del resto.
Esos clientes no poseen un coche, sino que tienen naves industriales con lo más granado del mundo del motor y por supuesto saben lo que compran.
Los coches que os voy ha presentar hoy, probablemente no los hayáis visto por la calle, ni los veréis. Probablemente no los conduzcáis nunca y probablemente, ni siquiera os montareis en uno el tiempo que os quede de vida. Pero están ahí, y solo los podrán disfrutar unos pocos aficionados con mucho dinero.
Empezaré por mi favorito dentro de este mundo de sueños a motor inalcanzables; el Pagani Zonda. Este coche es, para mi gusto, uno de los coches artesanales de serie limitada más bellos que existen.
Horacio Pagani no es un multimillonario con ganas de crear un coche a base de talonario, sino un ingeniero que trabajó en su día con Lamborghini y adquirió los conocimientos suficientes para crear superdeportivos. !!!Y qué superdeportivos!!!.
Es la máxima expresión de la aerodinámica y belleza que existe, según mi criterio subjetivo, sobre la faz de la tierra. Toma un motor prestado de origen Mercedes Benz, concretamente uno preparado especialmente por la división AMG, de la que ya hablé en su momento. Es un V12 que utilizan el CL y el Clase S, en sus variables AMG, con 650cv y con la cilindrada aumentada a 7.291cc. Este poderío mecánico, unido a un peso contenido de 1.230kg, ya que utilizan para su fabricación materiales exóticos como la fibra de carbono y de vidrio, además del aluminio de forma masiva y una aerodinámica digna de un Fórmula 1, hacen de este vehículo un auténtico objeto de deseo. Alcanza sin problemas los 345 Km/h y un 0-100Km/h en 3,5 segundos.
Las variantes disponibles son el Zonda S, el más básico y que fue el origen de la saga; el Zonda F, los dos con variantes cerrada y cabrio; el Zonda Cinque, edición limitada a cinco unidades y del que, por supuesto, están todas vendidas, y el Zonda R, no matriculable y solo apto para rodar en circuitos.
El precio de esta maravilla de la técnica parte de los 459.000 euros del Zonda S con carrocería cerrada, los más de 500.000 euros de la versión F, pasando por los 1,3 millones de euros de la versión Cinque a elegir entre cerrado y roadster y los 1,8 millones de euros que te pedirán por la versión de carreras, limitada a 15 unidades, con 750cv y una aceleración de 0-100 en tan solo 2,5 segundos.
Otro "cacharro" digno de mencionar, es el Caparo T1. Este peculiar medio de transporte es lo más parecido a un F1 matriculable que te podrás encontrar por la calle. Por supuesto, necesitas casco para conducirlo y muchos coj..., arrestos.
Las variantes disponibles son el Zonda S, el más básico y que fue el origen de la saga; el Zonda F, los dos con variantes cerrada y cabrio; el Zonda Cinque, edición limitada a cinco unidades y del que, por supuesto, están todas vendidas, y el Zonda R, no matriculable y solo apto para rodar en circuitos.
El precio de esta maravilla de la técnica parte de los 459.000 euros del Zonda S con carrocería cerrada, los más de 500.000 euros de la versión F, pasando por los 1,3 millones de euros de la versión Cinque a elegir entre cerrado y roadster y los 1,8 millones de euros que te pedirán por la versión de carreras, limitada a 15 unidades, con 750cv y una aceleración de 0-100 en tan solo 2,5 segundos.
Otro "cacharro" digno de mencionar, es el Caparo T1. Este peculiar medio de transporte es lo más parecido a un F1 matriculable que te podrás encontrar por la calle. Por supuesto, necesitas casco para conducirlo y muchos coj..., arrestos.
Tiene un motor 3.5 V8 de fabricación propia con "solo" 575cv, que para un coche que pesa 550 kg no está nada mal, capaz de catapultarte del 0-100 Km/h en 2,5 seg, alcanzar los 329 Km/h y sus ruedas son unos semi-slicks con el dibujo suficiente para que tan solo sean legales, así que si empieza a llover, espera a que escampe y se seque totalmente la calzada si no quieres que sea conducir lo último que hagas.
El puesto de mando es lo más parecido a un caza de combate, ya que tu acompañante (si conoces a alguien que tenga más cojo... arrestos que tú) ,va situado en una posición más retrasada que la tuya, con el motor "pegado" a la espalda, y tú irías controlando los mandos desde una posición un tanto angosta, pero con todo muy a mano.
Conducirlo en tráfico abierto puede ser una pesadilla. Tienes que tener cuidado con los badenes, las bandas sonoras de la carretera, los baches, la inclinación de la calzada, los camiones que podrían no verte, los radares y la sensación de velocidad, ya que ir con este coche a velocidades en las que cualquier coche se saldría de la carretera es muy sencillo y nunca te da la sensación de ir tan extremadamente rápido.
El puesto de mando es lo más parecido a un caza de combate, ya que tu acompañante (si conoces a alguien que tenga más cojo... arrestos que tú) ,va situado en una posición más retrasada que la tuya, con el motor "pegado" a la espalda, y tú irías controlando los mandos desde una posición un tanto angosta, pero con todo muy a mano.
Conducirlo en tráfico abierto puede ser una pesadilla. Tienes que tener cuidado con los badenes, las bandas sonoras de la carretera, los baches, la inclinación de la calzada, los camiones que podrían no verte, los radares y la sensación de velocidad, ya que ir con este coche a velocidades en las que cualquier coche se saldría de la carretera es muy sencillo y nunca te da la sensación de ir tan extremadamente rápido.
Todo esto sumado a la falta de maniobrabilidad a bajas velocidades, digna de un Hummer H1 en un desfiladero estrecho, hacen del Caparo T1 un coche casi exclusivo de circuitos, pero con la peculiaridad que después te puedes ir a casa con él.
Además su precio es de unos 350.000 euros. Como para arañarlo.
Otro coche solo apto para ricos con muchas ganas de diferenciarse (y con muy mal gusto, todo sea dicho), es el Gumpert Apollo. Este coche no se parece a un F1, pero sí a un coche digno de participar en las 24 horas de Le Mans.
El padre de semejante criatura es un ex-director de la división Audi Sport, Roland Gumpert, que quería un coche casi de carreras pero que se pudiera utilizar también a diario. Sus conocimientos adquiridos en los circuitos, y la estrecha relación con los donantes de la mecánica, que no es otra que el bloque 4.2 V8 de Audi pero mejorado por los ingenieros de Gumpert, han hecho posible este sueño.
Las variantes del Apollo son tres; Apollo, con 650cv, Apollo Sport, con 670cv y el Apollo Race, versión solo apta para circuitos y aligerada, con 785cv.
Lo más llamativo cuando te montas es lo estrecho que te resulta el habitáculo. Te sientas en unos... ¿asientos?, que en realidad son carcasas de fibra acolchadas, con muchas "orejeras" laterales para que no te muevas lo más mínimo, no sin antes haber quitado el volante de la columna de dirección para poder acceder cómodamente. La caja de cambios es secuencial con una palanca larguísima y cerca del piloto, digna de un coche del World Rally Car.
Los mandos son de origen Audi y sorprenden por sus ajustes, teniendo en cuenta que es casi un coche de competición con matrícula.
Además su precio es de unos 350.000 euros. Como para arañarlo.
Otro coche solo apto para ricos con muchas ganas de diferenciarse (y con muy mal gusto, todo sea dicho), es el Gumpert Apollo. Este coche no se parece a un F1, pero sí a un coche digno de participar en las 24 horas de Le Mans.
El padre de semejante criatura es un ex-director de la división Audi Sport, Roland Gumpert, que quería un coche casi de carreras pero que se pudiera utilizar también a diario. Sus conocimientos adquiridos en los circuitos, y la estrecha relación con los donantes de la mecánica, que no es otra que el bloque 4.2 V8 de Audi pero mejorado por los ingenieros de Gumpert, han hecho posible este sueño.
Las variantes del Apollo son tres; Apollo, con 650cv, Apollo Sport, con 670cv y el Apollo Race, versión solo apta para circuitos y aligerada, con 785cv.
Lo más llamativo cuando te montas es lo estrecho que te resulta el habitáculo. Te sientas en unos... ¿asientos?, que en realidad son carcasas de fibra acolchadas, con muchas "orejeras" laterales para que no te muevas lo más mínimo, no sin antes haber quitado el volante de la columna de dirección para poder acceder cómodamente. La caja de cambios es secuencial con una palanca larguísima y cerca del piloto, digna de un coche del World Rally Car.
Los mandos son de origen Audi y sorprenden por sus ajustes, teniendo en cuenta que es casi un coche de competición con matrícula.
A la hora de circular con él, te da la impresión que te tiene que dar; la de que estás conduciendo un coche de carreras. El motor ruge y petardea como un coche de competición, las suspensiones son lo suficientemente blandas como para que no se te desmonte el coche en el primer bache, el control de tracción, puesto a punto por Racelogic, te ofrece aceleraciones extraterrestres incluso saliendo de una curva derrapando de una forma controlada y el alerón trasero gigante atornilla el coche a la carretera cuanto más alta sea la velocidad.
Para que os hagáis una pequeña idea de la aceleración brutal de este coche, solo necesita 3 segundos para alcanzar el 0-100 y 8,9 segundos para llegar a los 200 Km/h, y así.
Si tienes un gusto por el diseño nulo pero te gusta correr, y mucho, tienes un Gumpert Apollo a partir de 430.000 euros que alcanza los 360 Km/h.
Otro representante de esta estirpe de vehículos especiales es Koenigsegg. En un principio, un fabricante de supercoches sueco, puede parecer un tanto extraño, pero era el sueño de niño del multimillonario Christian Von Koenigsegg. Cuando presentó el Koenigsseg CCX, hace ya 15 años, Christian proclamó a los cuatro vientos que su coche sería capaz de "fundir" al McLaren F1. No lo consiguió, pero su coche entró por pleno derecho en el olimpo de los "dioses".
Tiene un diseño exterior bastante aparente, conformado con fibra de carbono, kevlar y aluminio, que sirve de soporte tanto a la carrocería como al chasis.
En sus orígenes tuvo ciertos problemas de motricidad puesto que a grandes velocidades la trasera tenía cierto grado de flotabilidad y hacía de él un coche muy nervioso y complicado de conducir. Este hecho en concreto, quedó patente en el programa de la BBC, Top Gear, en el que el probador de coches particular, Stig se salió en una curva a gran velocidad por esta circunstancia. Los ingenieros de la marca, al ver semejante despropósito, le incorporaron un alerón posterior y solucionaron el problema.
Para que os hagáis una pequeña idea de la aceleración brutal de este coche, solo necesita 3 segundos para alcanzar el 0-100 y 8,9 segundos para llegar a los 200 Km/h, y así.
Si tienes un gusto por el diseño nulo pero te gusta correr, y mucho, tienes un Gumpert Apollo a partir de 430.000 euros que alcanza los 360 Km/h.
Otro representante de esta estirpe de vehículos especiales es Koenigsegg. En un principio, un fabricante de supercoches sueco, puede parecer un tanto extraño, pero era el sueño de niño del multimillonario Christian Von Koenigsegg. Cuando presentó el Koenigsseg CCX, hace ya 15 años, Christian proclamó a los cuatro vientos que su coche sería capaz de "fundir" al McLaren F1. No lo consiguió, pero su coche entró por pleno derecho en el olimpo de los "dioses".
Tiene un diseño exterior bastante aparente, conformado con fibra de carbono, kevlar y aluminio, que sirve de soporte tanto a la carrocería como al chasis.
En sus orígenes tuvo ciertos problemas de motricidad puesto que a grandes velocidades la trasera tenía cierto grado de flotabilidad y hacía de él un coche muy nervioso y complicado de conducir. Este hecho en concreto, quedó patente en el programa de la BBC, Top Gear, en el que el probador de coches particular, Stig se salió en una curva a gran velocidad por esta circunstancia. Los ingenieros de la marca, al ver semejante despropósito, le incorporaron un alerón posterior y solucionaron el problema.
Actualmente, la gama Koenigsegg la componen el CCX, el CCX-R y los superexclusivos Editión, basados en los dos primeros, con la carrocería de fibra de carbono sin pintar y que incorporan un nuevo alerón más prominente, otras llantas, detalles en el interior y unos reglajes en las suspensiones más duros.
El motor que mueve a semejante criatura es un V8, que en el CCX-R alcanza los 800cv y supera la barrera de los 400 Km/h, acelerando de 0-100 Km/h en 3,1 segundos y de 0-200 Km/h en 8,9 segundos. Además presume de ecológico puesto que también puede funcionar con bio-etanol E85.
La producción anual de Koenigsegg es de unos 20 coches y cuestan entre 600.000 y 1,5 millones de euros.
Spyker es una marca con muchísima historia, no obstante, sus fundadores Jacobus y Hendrick Jan Spijker, fabricaban carruajes y la empresa data de 1880. No comenzaron con la producción de automóviles hasta 1899 y en la I Guerra mundial, se dedicaron a fabricar piezas y motores para aviones, de ahí que en su símbolo de marca aparezca una hélice de avión, y en 1929, tras varias adquisiciones y problemas financieros, la empresa desapareció.
En 1999, Victor R. Muller y Maarten de Bruijn, resucitaron la marca, fundando Spyker Cars. Los más entendidos sabrán que esta marca de supercoches ha sido actualidad por ser la marca que ha salvado a un gigante como es Saab de la quiebra y han reestructurado la compañía en su totalidad para que empiece a ser rentable.
El motor que mueve a semejante criatura es un V8, que en el CCX-R alcanza los 800cv y supera la barrera de los 400 Km/h, acelerando de 0-100 Km/h en 3,1 segundos y de 0-200 Km/h en 8,9 segundos. Además presume de ecológico puesto que también puede funcionar con bio-etanol E85.
La producción anual de Koenigsegg es de unos 20 coches y cuestan entre 600.000 y 1,5 millones de euros.
Spyker es una marca con muchísima historia, no obstante, sus fundadores Jacobus y Hendrick Jan Spijker, fabricaban carruajes y la empresa data de 1880. No comenzaron con la producción de automóviles hasta 1899 y en la I Guerra mundial, se dedicaron a fabricar piezas y motores para aviones, de ahí que en su símbolo de marca aparezca una hélice de avión, y en 1929, tras varias adquisiciones y problemas financieros, la empresa desapareció.
En 1999, Victor R. Muller y Maarten de Bruijn, resucitaron la marca, fundando Spyker Cars. Los más entendidos sabrán que esta marca de supercoches ha sido actualidad por ser la marca que ha salvado a un gigante como es Saab de la quiebra y han reestructurado la compañía en su totalidad para que empiece a ser rentable.
En cuanto a los coches que componen su gama, son tres; el C8, el C12 y el todo-camino D12 Pekín To París. Todos se caracterizan por su fabricación artesanal, por llevar motores de origen Audi y por un interior suntuoso y muy cuidado con revestimientos en tejido Alcántara, piel y aluminio pulido, con el que hay que tener especial cuidado en verano porque con el sol produce unos reflejos muy incómodos y un exterior afilado, con toberas de refrigeración del motor inspiradas en los cazas de combate.
En el último concurso de elegancia de Peeble Beach en California, fue presentado el C8 Ailerón, que según sus fundadores, representa la segunda generación de los coches Spyker.
Esta joya de la técnica lleva un motor 4.2 V8 de Audi y 400 cv de potencia combinado con un cambio manual (el automático es opcional), sobre un bastidor de aluminio. Las suspensiones han sido puestas a punto por Lotus, su velocidad máxima es de 300 Km/h y alcanza el 0-100 en 4,6 segundos.
Y ya por último, pero no menos importante, voy a comentaros las características principales de tres superdeportivos españoles. Sí, sí, habéis leído bien; españoles.
Desde hace poco tiempo han surgido, de la mano de ingenieros y entusiastas del mundo del motor con posibilidades económicas, varias marcas, con varias soluciones técnicas que han calado bastante hondo en la prensa internacional y comienzan a ser respetadas por otras marcas del género y conocidas por potenciales clientes.
En el último concurso de elegancia de Peeble Beach en California, fue presentado el C8 Ailerón, que según sus fundadores, representa la segunda generación de los coches Spyker.
Esta joya de la técnica lleva un motor 4.2 V8 de Audi y 400 cv de potencia combinado con un cambio manual (el automático es opcional), sobre un bastidor de aluminio. Las suspensiones han sido puestas a punto por Lotus, su velocidad máxima es de 300 Km/h y alcanza el 0-100 en 4,6 segundos.
Y ya por último, pero no menos importante, voy a comentaros las características principales de tres superdeportivos españoles. Sí, sí, habéis leído bien; españoles.
Desde hace poco tiempo han surgido, de la mano de ingenieros y entusiastas del mundo del motor con posibilidades económicas, varias marcas, con varias soluciones técnicas que han calado bastante hondo en la prensa internacional y comienzan a ser respetadas por otras marcas del género y conocidas por potenciales clientes.
Empezaré por el que, para mí, puede tener un futuro más halagüeño como supercar, por concepto, diseño y características, el GTA Spano.
Esta belleza está firmada por GTA Motor y su cabeza visible, un tal Domingo Ochoa, que tras varios años de andadura en el campeonato de España de GT y monoplazas, se han lanzado a la piscina y han creado un coche de calle.
Esta belleza está firmada por GTA Motor y su cabeza visible, un tal Domingo Ochoa, que tras varios años de andadura en el campeonato de España de GT y monoplazas, se han lanzado a la piscina y han creado un coche de calle.
Un inversor asiático ya se ha fijado en él para su expansión y su diseño no deja indiferente a nadie. Su bastidor está compuesto por fibra de carbono, titanio y kevlar y su motor es de origen Dodge Viper, sobrealimentado y que genera nada más y nada menos que 780 cv "de nada".
La sensación al montarte es diferente al resto de deportivos porque tiene una pieza única de cristal que conforma el parabrisas, el techo y el vano motor trasero, con electrocromado para oscurecerlo a tu gusto y el cual, GTA lo fabrica y tiene la patente, además de los faros delanteros y traseros tipo LED, que parece que están flotando en la tulipa y el proceso de ensamblado de las piezas del chasis. Los asientos son Recaro, ajustables eléctricamente y de cuero. El interior está rematado con fibra de carbono, Alcántara y piel, con unos ajustes bastantes robustos. La "patada" al acelerar es brutal.
Gracias a su potente motor y su peso contenido de 1.350 kg, es capaz de hacer un 0-100 Km/h en 2,5 segundos. No tiene control de estabilidad, pero si uno de tracción que se controla por medio de un mando giratorio en cinco posiciones. El cambio es secuencial manual, como en los coches de competición, de seis marchas, pero también se puede pedir con cambio manual convencional o secuencial con levas tras el volante.
El precio se sitúa en casi los 700.000 euros y se fabricarán un total de 99 unidades.
Otro invento de nuestra tierra es el Tramontana. Esta criatura nacida en un pueblecito entre la Costa Brava y los Pirineos, de la mano de Josep Ribau, es una mezcla entre el Gumper Apollo (por lo feo del diseño) y el Caparo T1 (por la configuración y la efectividad en marcha).
El motor que da vida a este coche es de origen Mercedes Benz, concretamente un 5.5 V12 sobrealimentado, que alcanza los 550 cv con el programa Normal, pero si aprietas un botón de la consola central, esta potencia aumenta hasta los 720 cv, lo que unido a un peso de tan solo 1.300 kg, hacen del Tramontana una auténtica bomba.
Acelera de 0-100Km/h en 3,6 segundos y alcanza una velocidad máxima de 325 Km/h, !!!autolimitada!!!. Pero tranquilos, porque para pararlo, tiene cuatro discos de freno de material carbocerámico que aguantan temperaturas extremas, con pinzas de seis pistones que son las encargadas de "morder" esos discos para que detengan a las ruedas.
La sensación al montarte es diferente al resto de deportivos porque tiene una pieza única de cristal que conforma el parabrisas, el techo y el vano motor trasero, con electrocromado para oscurecerlo a tu gusto y el cual, GTA lo fabrica y tiene la patente, además de los faros delanteros y traseros tipo LED, que parece que están flotando en la tulipa y el proceso de ensamblado de las piezas del chasis. Los asientos son Recaro, ajustables eléctricamente y de cuero. El interior está rematado con fibra de carbono, Alcántara y piel, con unos ajustes bastantes robustos. La "patada" al acelerar es brutal.
Gracias a su potente motor y su peso contenido de 1.350 kg, es capaz de hacer un 0-100 Km/h en 2,5 segundos. No tiene control de estabilidad, pero si uno de tracción que se controla por medio de un mando giratorio en cinco posiciones. El cambio es secuencial manual, como en los coches de competición, de seis marchas, pero también se puede pedir con cambio manual convencional o secuencial con levas tras el volante.
El precio se sitúa en casi los 700.000 euros y se fabricarán un total de 99 unidades.
Otro invento de nuestra tierra es el Tramontana. Esta criatura nacida en un pueblecito entre la Costa Brava y los Pirineos, de la mano de Josep Ribau, es una mezcla entre el Gumper Apollo (por lo feo del diseño) y el Caparo T1 (por la configuración y la efectividad en marcha).
El motor que da vida a este coche es de origen Mercedes Benz, concretamente un 5.5 V12 sobrealimentado, que alcanza los 550 cv con el programa Normal, pero si aprietas un botón de la consola central, esta potencia aumenta hasta los 720 cv, lo que unido a un peso de tan solo 1.300 kg, hacen del Tramontana una auténtica bomba.
Acelera de 0-100Km/h en 3,6 segundos y alcanza una velocidad máxima de 325 Km/h, !!!autolimitada!!!. Pero tranquilos, porque para pararlo, tiene cuatro discos de freno de material carbocerámico que aguantan temperaturas extremas, con pinzas de seis pistones que son las encargadas de "morder" esos discos para que detengan a las ruedas.
La posición de conducción es, como en el Caparo, similar a la de un caza; el conductor se sitúa en el centro, con todos los mandos a su alrededor y el posible copiloto se intentará colocar detrás. Y digo se intentará, porque hay muy poco espacio para las piernas.
A la hora de pilotar este vehículo, parece más fácil de lo que en un principio podrías pensar, es bastante neutro en reacciones, la dirección funciona y dirige el coche a la perfección, las suspensiones filtran las irregularidades bastante bien, y además es bastante silencioso. Lo único con lo que tendrás que lidiar es con la palanca de cambios secuencial mecánica, ya que es bastante dura de accionamiento y tendrás que cambiar con decisión, aunque tendrás como opción un cambio secuencial con levas tras el volante.
Como en el Caparo, tendrás que tener muy en cuenta la velocidad, ya que es muy sencillo circular en cruceros en los que ningún vehículo terrestre podrá seguirte y tu percepción sería otra.
Como en el Caparo, tendrás que tener muy en cuenta la velocidad, ya que es muy sencillo circular en cruceros en los que ningún vehículo terrestre podrá seguirte y tu percepción sería otra.
El precio de esta maravilla tecnológica es de más de 500.000 euros y se fabrica bajo pedido. Pese a ello ya se han recibido varias ofertas.
Por último, el IFR Aspid, es el último representante español de supercoches con cierta relevancia. Este coche también es producto del sueño de un caballero llamado Ignacio Fernández Rodríguez (IFR), que después de pasar por Mitsubishi y Prodrive en Inglaterra, decidió volver a España para trabajar con Seat y después fundar IFR como consultoría de ingeniería. Junto a un equipo de profesionales del ramo, empezaron a construir el Aspid partiendo de cero y el resultado no pudo ser mejor.
Este coche no se parece a un F1, ni tampoco a un Sport de las 24 Horas de Le Mans. Este coche es lo más parecido a un Lotus fabricado en nuestro país. Pequeño, ligero, artesanal, motor delantero y tracción trasera. Vamos; una máquina para disfrutar conduciendo.
Emplea un chasis de aluminio de 75 kg con una rigidez comparable a la de un F1 y cuenta con unas barras antivuelco homologadas por la FIA. El resto de la estructura la conforman largueros y paneles Honeycomb, que es un material empleado en la competición de muy alta resistencia y ligereza y cuya estructura recuerda a las celdas de un panal de abeja. También posee muchas novedades tecnológicas diseñadas por IFR, como los frenos; muy simples en apariencia pero que albergan unas soluciones técnicas que favorecen su efectividad y unas suspensiones que permiten que el coche no parezca una montaña rusa cuando aceleras y frenas y que además absorben las irregularidades del terreno con cierta facilidad sin penalizar a la conducción.
Por último, el IFR Aspid, es el último representante español de supercoches con cierta relevancia. Este coche también es producto del sueño de un caballero llamado Ignacio Fernández Rodríguez (IFR), que después de pasar por Mitsubishi y Prodrive en Inglaterra, decidió volver a España para trabajar con Seat y después fundar IFR como consultoría de ingeniería. Junto a un equipo de profesionales del ramo, empezaron a construir el Aspid partiendo de cero y el resultado no pudo ser mejor.
Este coche no se parece a un F1, ni tampoco a un Sport de las 24 Horas de Le Mans. Este coche es lo más parecido a un Lotus fabricado en nuestro país. Pequeño, ligero, artesanal, motor delantero y tracción trasera. Vamos; una máquina para disfrutar conduciendo.
Emplea un chasis de aluminio de 75 kg con una rigidez comparable a la de un F1 y cuenta con unas barras antivuelco homologadas por la FIA. El resto de la estructura la conforman largueros y paneles Honeycomb, que es un material empleado en la competición de muy alta resistencia y ligereza y cuya estructura recuerda a las celdas de un panal de abeja. También posee muchas novedades tecnológicas diseñadas por IFR, como los frenos; muy simples en apariencia pero que albergan unas soluciones técnicas que favorecen su efectividad y unas suspensiones que permiten que el coche no parezca una montaña rusa cuando aceleras y frenas y que además absorben las irregularidades del terreno con cierta facilidad sin penalizar a la conducción.
Las puertas se abren al estilo alas de gaviota y se pueden quitar para que la conducción sea más pura. El habitáculo es simple pero también alberga soluciones ingeniosas como el volante, que se tiene que quitar para acceder al asiento y contiene una pantalla TFT que te indica los parámetros del coche en todo momento y además, tiene un sistema de conexión que reduce sustancialmente el cableado que debería llevar en condiciones normales.
El corazón de esta bestia es el motor del Honda S2000 potenciado a 402cv y se arranca insertando un código en la pantalla central del salpicadero y accionando un botón de la consola. El sonido es más bronco que en el S2000 como era de suponer, y la aceleración es brutal; tarda tan solo 2,8 segundos en pasar de 0-100 Km/h y alcanza los 250 Km/h de velocidad máxima autolimitada.
El corazón de esta bestia es el motor del Honda S2000 potenciado a 402cv y se arranca insertando un código en la pantalla central del salpicadero y accionando un botón de la consola. El sonido es más bronco que en el S2000 como era de suponer, y la aceleración es brutal; tarda tan solo 2,8 segundos en pasar de 0-100 Km/h y alcanza los 250 Km/h de velocidad máxima autolimitada.
Si además te digo que su precio es de 150.000 euros, probablemente dirías que por ese precio tienes un Porsche, por ejemplo. Pero si te digo que en aceleración y en la relación peso-potencia le supera con creces y que la conducción es más pura y es un coche que hará que se giren hasta los que no entienden de coches. ¿Qué me dices ahora?.
Estos automóviles de ensueño son un pequeño ejemplo de lo que se mueve por un mercado que, salvo excepciones, ninguno de nosotros podrá acceder en la vida. La lista es más amplia y existen marcas como Ascari, Wiessman, KTM, Ariel... pero serían comparables a todos los coches que os he intentado describir y solo sería repetir y repetir una y otra vez lo mismo con diferentes características. No obstante os dejo algunas fotos.
Estos automóviles de ensueño son un pequeño ejemplo de lo que se mueve por un mercado que, salvo excepciones, ninguno de nosotros podrá acceder en la vida. La lista es más amplia y existen marcas como Ascari, Wiessman, KTM, Ariel... pero serían comparables a todos los coches que os he intentado describir y solo sería repetir y repetir una y otra vez lo mismo con diferentes características. No obstante os dejo algunas fotos.
Comentarios
Publicar un comentario