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El personaje: Henry ford

Henry Ford nació en una granja en los alrededores de Detroit el 30 de julio de 1863. 
Procedía de una familia de ascendencia inglesa y raíces irlandesas, que como muchos en aquella época, emigraron a Norteamérica en busca de una vida más próspera. Sus padres fueron William Ford y Mary Litogot y tenía otros cuatro hermanos más.

Durante su infancia, tuvo problemas con los estudios, ya que durante el resto de su vida, nunca se expresó con claridad por escrito ni leía con soltura, pero tenía un alma de ingeniero en su interior, lo cual descubriría más tarde.



Su padre le regaló un reloj de pulsera que desmontaba y montaba continuamente para repararlo y a los 15 años, ya se había ganado una cierta reputación entre sus vecinos reparando los relojes de todos. Hasta se planteó el seguir por ese camino como fabricante, pero un buen día, cuando se dirigía a Detroit con su padre montado en un carro tirado por caballos, Henry vio un extraño invento con el que un operario trillaba el grano por una ladera.



Rápidamente saltó del carro y fue a ver de cerca aquel "cacharro" impulsado a vapor, con ruedas conectadas por medio de una cadena y que se desplazaba con cierta lentitud. Fusiló a preguntas a aquel operario y éste le dejó manejar durante un tiempo aquella "maquina" extraña. Algunas biografías apuntan este hecho como el nacimiento del instinto ingeniero de Ford.



La muerte de su madre en 1876, fue un duro golpe para él y fue el detonante que hizo que abandonase la granja familiar para buscarse la vida en la ciudad. Su padre tenía la esperanza de que Henry se hiciese cargo de la granja, pero realmente no le gustaba su vida de granjero.



Trabajó como engrasador de máquinas en pleno apogeo de la revolución industrial, pero su sueldo de aprendiz con 16 años no le permitía pagarse la comida y el alojamiento en Detroit, así que en su tiempo libre, trabajaba reparando relojes. Cambió varias veces de trabajo y en ese tiempo, se casó con Clara Bryant en 1888 con la que tuvo un hijo. Pero la perspectiva de Henry cambió cuando vio por primera vez un motor de combustión interna en funcionamiento y decidió montar uno propio. Conoció a Thomas Edison, que le ofreció trabajo en su compañía como ingeniero y después ascendió a ingeniero jefe. Una vez que dispuso de los medios económicos necesarios, se puso a trabajar en su proyecto dando lugar en 1896 al "Cuadriciclo", que pesaba 250 Kg y estaba impulsado por un motor de dos tiempos capaz de alcanzar los 30 Km/h.


En 1899, Henry junto con otros inversores, crearon la Detroit Motor Company, pero pronto entró en bancarrota como consecuencia de la obsesión de Ford en mejorar sus motores y prototipos y no fabricar ninguno dispuesto para la venta. Su interés por los coches de carreras le llevaron a competir contra otros fabricantes para demostrar la superioridad de sus diseños y los inversores, ya cansados, contrataron a un tal Henry M. Leland para diseñar un coche de calle. Ford no lo resistió y dimitió alegando que nunca jamás volvería a ponerse bajo las órdenes de nadie. La empresa se reorganizó y pasó a llamarse Cadillac.



En 1903 constituyó, junto con su esposa Clara y otros 11 socios, la Ford Motor Company. El 16 de junio, después de entregar a las autoridades de Míchigan la documentación pertinente y con unos activos de 28.000 dólares, comenzaba el mito automovilístico.



Para darse a conocer, realizó un coche que fue capaz de recorrer una milla en un lago helado en tan solo 39,7 segundos, batiendo así el récord de velocidad sobre tierra de la época. El 1 de octubre de 1908, salió a la calle el primer Ford Modelo T. A partir de este momento, la historia de la automoción cambiaría.



Henry Ford era un auténtico visionario. Su modelo Ford T, fue el primer coche popular de la historia y su construcción era sencilla, pues constaba de un mismo chasis para todos y diferentes carrocerías. Además contaba con una serie de innovaciones nunca vistas hasta el momento; como el volante a la izquierda, que más tarde copiarían el resto de constructores; el motor y la transmisión cerrados, los cuatro cilindros estaban cubiertos por un bloque de hierro forjado y las suspensiones eran dos muelles semi-elípticos.



Por un precio de partida de unos 850 dólares en 1908, cualquier americano de la clase media podía adquirir uno; así que para 1920, prácticamente cualquier conductor, poseía o había conducido un Ford T. Era tal la demanda, que Henry inventó el mejor y más efectivo sistema productivo de la historia y que perdurará, de momento, por los siglos de los siglos; la producción en cadena.



También fue el primero en poner un sueldo de 5 dólares diarios a todos sus operarios, que era más del doble de lo que se pagaba en aquella época. Ford lo llamó "motivación salarial", y con esa táctica, se aseguraba que los mejores mecánicos de la ciudad trabajasen para él.



Llamaba la atención cómo en sus fábricas entraban las materias primas por una puerta y salían los coches terminados por la otra. Por cierto; eran todos negros. Henry Ford bromeaba diciendo que podías escoger cualquier color para tu coche, mientras fuera negro. Y es que la pintura que utilizaba era una derivada del alquitrán, porque era duradera, perfecta para producir en masa y además era económica.



También se aseguraba que la compañía tuviese un gran calado mediático y procuraba que en cada periódico apareciesen anuncios e historias de su modelo. Uno de esos anuncios decía así; "El Ford T te llevará a cualquier sitio, menos a la alta sociedad". También se aseguró de tener un concesionario de la marca en todas las ciudades de los Estados Unidos y Canadá por medio de una red de franquicias, que además, publicitaban el producto en cada una de sus localidades.



La demanda del Modelo T se disparaba año tras año, y Ford, siempre innovando y reinventándose, creó una serie de carriles y carros móviles por medio de guías automatizadas, inspirado en el sistema que se utilizaba en los mataderos; que permitían desplazar al coche por los siguientes procesos de ensamblaje y así, maximizar la eficiencia y especialización de los operarios al realizar siempre las mismas tareas sin moverse del sitio. A partir de este momento si que se podían pedir los coches de otro color.



Todas estas ideas, permitieron fabricar más coches al día y reducir cada año los costes de producción y de venta, por lo que cada vez se compraban más coches y se producía más. En 1914, más de la mitad de los coches que circulaban por E.E.U.U. eran Ford T, llegando en 1927 ha haberse vendido 15.007.034 unidades. Ese récord no se superó hasta 45 años más tarde con el Volkswagen Beetle.



Henry Ford fue el precursor del movimiento del estado del bienestar, tomando como base el consumismo en masa, gracias a que vislumbró una posible gran demanda de productos por una sociedad potencial que todavía estaba "en pañales". Fue capaz de abaratar un producto, que con anterioridad se producía de forma artesanal y tenía precios prohibitivos, y ofrecérselo a una sociedad con un poder adquisitivo menor, pero con ansias de mejorar su calidad de vida.



Se convirtió en un hombre muy influyente, poderoso y multimillonario; pero debido a sus orígenes humildes, poseía gustos de lo más normales. No le gustaban las fiestas de sociedad, le gustaba pasear e imitar los sonidos de los pájaros por el bosque, era muy bromista, le encantaban los bailes de salón, los relojes, tocar el violín y detestaba el alcohol y el tabaco. Fue un visionario, un gran empresario de éxito, trabajador incansable y aprendía de sus errores.



Una de sus múltiples historias y vivencias, fue la de colaborar con un científico llamado Washington Carver en el desarrollo de la leche de soja como alternativa nutritiva a la leche de vaca. En una ocasión Ford llegó a decir; "con el modelo T hemos jubilado al caballo y con la soja, jubilaremos a la vaca". Nadie creyó en el proyecto y fracasó pero, ¿creéis que no tenía razón?. Mirad a vuestro alrededor y decidme cuantos productos de soja veis en los supermercados. Simplemente, se adelantó a su tiempo.



Durante la I Guerra Mundial, como otros muchos fabricantes de automóviles, Ford se introdujo de lleno en el mercado de la aviación. Su modelo más famoso fue el Ford Trimotor, que fue el primero capaz de albergar a doce pasajeros con una mediana comodidad. Se construyeron unas 200 unidades y todavía hoy existe alguno que continúa en activo. La empresa quebró cuando descendieron las ventas durante la gran Depresión.



También fue senador demócrata y pacifista. Quiso interceder en el fin de la I Guerra Mundial y se reunió en Suiza con varios dirigentes con los mismo ideales, pero fracasó estrepitosamente y volvió a casa con las mismas.



Pero no todo fueron luces en la vida de Henry. Pagaba bien a sus empleados y creía en la sociedad del bienestar y del consumismo; pero no permitía los sindicatos en sus empresas y contrató a un ex-boxeador de la marina para "intimidar" a los agitadores y que estuvieran "tranquilos". También contaba con los servicios de un "Departamento de Sociología", que espiaba literalmente a sus empleados para que no se "torciesen" en su conducta en su vida privada.



Murió en 1947 en su casa de una hemorragia cerebral con 83 años de edad, durante un apagón producido por el desbordamiento del río Rouge de Michigan.

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