Personajes: Sir Henry Royce

Los primeros años de vida de Royce fueron años de dificultades y pobreza (manda cojones). Era el menor de cinco hermanos y nació en 1863 en el seno de una familia en circunstancias financieras peligrosas (por ser benévolos). Las cosas empeoraron considerablemente cuando su padre, un molinero, finalmente se declaró en bancarrota y, según la ley de la época, terminó en prisión.

Fue en este contexto poco prometedor que se formó el personaje de Royce. Sin embargo, estaba decidido a hacer una vida mejor para sí mismo, y a la edad de 10 años estaba trabajando, primero como vendedor de periódicos y más tarde como repartidor de telegramas (era otra época).

Las cosas parecían estar moviéndose a su manera cuando en 1879, con el apoyo financiero de su tía, obtuvo un gran aprendizaje en los talleres del Great Northern Railway. Instantáneamente y obviamente en su elemento, su aptitud natural para el diseño y su habilidad innata con herramientas y materiales se hicieron evidentes rápidamente. 

Pero la proyección de Royce se detuvo abruptamente después de dos años, cuando su tía no pudo pagar su cuota anual de aprendizaje. Sin desanimarse, Royce regresó a Londres y, en 1881, comenzó a trabajar en la incipiente Electric Lighting & Power Generating Company.

Su decisión de abandonar la ingeniería tradicional por el campo emergente de la electricidad fue esencial, porque la electricidad era entonces tan nueva que no tenía un órgano de gobierno o instituciones profesionales, y por lo tanto no había exámenes que aprobar o estándares que alcanzar (no como ahora). A diferencia de la ingeniería, por lo tanto, la falta de calificaciones formales de Royce no fue una barrera para su progreso.

Gracias a su fascinación por el tema, su ya formidable ética de trabajo y su compromiso con el estudio (asistió a clases nocturnas de inglés y matemáticas después del trabajo) en 1882, el EL&PG, ahora rebautizado como Maxim-Weston Electric Company, lo envió a trabajar para su filial en Lancashire como jefe electricista, responsable del alumbrado público y teatral en la ciudad. 

Pero una vez más, sin embargo, las circunstancias conspiraron en su contra ya que a través de una mala gestión de la compañía eléctrica en su adquisición de patentes, la compañía entró abruptamente en suspensión de pagos y Royce, de solo 19 años, se encontró desempleado una vez más.

Royce se "cansó" del tema de su mala suerte y gracias a su apetito por el riesgo (calculado) y la gran seguridad en sí mismo notada por sus contemporáneos, comenzó a hacer negocios por su cuenta.

A finales de 1884, fundó F H Royce & Co (fue bautizado como Frederick Henry) en Manchester. Inicialmente produciendo artículos pequeños, como timbres de puertas a batería, la compañía progresó a la fabricación de equipos pesados como grúas aéreas y cabrestantes ferroviarios.

Pero mientras el negocio prosperaba, el propio Royce no lo estaba. En 1901, sus años de exceso de trabajo y una vida familiar tensa estaban afectando gravemente su salud, que probablemente se había debilitado fundamentalmente por las privaciones de su infancia y lo que no había experimentado cuando debía hacerlo.

Su médico lo convenció de comprar un cuadriciclo De Dion como una forma de escapar de la oficina y disfrutar de un poco de aire fresco; pero en poco tiempo, la salud de Royce colapsó y un factor que contribuyó a ello fue su creciente preocupación de que la compañía se dirigía, inexorablemente, a problemas financieros; algo que tal vez habría tenido un significado particular para él dadas las experiencias de su padre.

La compañía debía sus menguantes ingresos a una fabricación de maquinaria eléctrica barata, de Alemania y los Estados Unidos que pudo reducir los precios de Royce. Siempre perfeccionista, el propio Royce no estaba preparado para entrar en una carrera de fondo contra esos dos gigantes o comprometer la calidad de sus productos al hacerlos más baratos.

Dado su delicado estado de salud, bueno delicado; de estrés, que también es muy importante la salud mental, se requirió un descanso completo, y finalmente lo persuadieron para que tomara unas vacaciones de 10 semanas para visitar a la familia de su esposa en Sudáfrica (como ahora). En el largo viaje a casa, leyó "El automóvil: su construcción y gestión". El libro cambiaría su vida y, en última instancia, el mundo.

A su regreso a Inglaterra, Royce, ahora completamente revitalizado tanto mental como físicamente, adquirió inmediatamente su primer automóvil, un 10 HP Decauville. Vale, parecería que es un despilfarro frívolo, porque él descansó, pero su compañía tenía todavía un estado financiero lamentable. Pero, de hecho, esta compra fue astuta y calculada.

La historia suele decir que este primer coche estaba tan mal hecho y poco fiable que Royce decidió que podía hacerlo mejor. Así que, contrariamente a la sabiduría recibida, eligió el Decauville precisamente porque era el mejor automóvil disponible para él, para desmantelarlo y luego "tomar lo mejor que existe y hacerlo mejor". Comenzó construyendo tres coches de dos cilindros de 10 HP basados en el diseño de Decauville. 

Estos primeros ejemplos fueron seguidos por el tres cilindros de 15 CV, cuatro cilindros de 20 CV y seis cilindros de 30 CV, cada uno de los cuales representó avances significativos en el diseño del automóvil moderno. En 1906, dos años después de la fundación de Rolls Royce, el director general Claude Johnson persuadió a Royce para que adoptara una política de "un modelo". En respuesta, Royce diseñó el 40/50 HP 'Silver Ghost', el automóvil que con razón se ganó el sobrenombre inmortal como "el mejor automóvil del mundo".

En 1906 la compañía Rolls Royce adquirió un sitio nuevo porque el taller donde ensamblaban los primeros coches se les quedó pequeño y Royce diseñó y supervisó la construcción de una nueva fábrica, además de seguir con sus tareas habituales.

Dado el volumen y el ritmo de su trabajo, la segunda crisis de salud grave de Royce en 1911 no fue una sorpresa. El descanso fue prescrito nuevamente, y durante el verano y el otoño, Johnson lo llevó en un viaje por carretera que se extendió hasta Egipto. En el viaje de regreso, se detuvieron en el sur de Francia, donde a Royce le gustó mucho la pequeña aldea de Le Canadel, cerca de Niza. Johnson compró una parcela de tierra y encargó una nueva casa para Royce, además de una villa más pequeña para dibujantes y asistentes que lo visitasen. 

Su salud, sin embargo, seguía siendo frágil. Después de una recaída que llevó a una cirugía de emergencia en Inglaterra, regresó a la casa en Le Canadel para recuperarse. Durante el resto de su vida, pasó sus inviernos en Le Canadel y los veranos en el sur de Inglaterra.

Desde 1917, su residencia inglesa fue Elmstead, una casa del siglo XVIII, bastante cerca de la actual fábrica de Rolls Royce. Elmstead tenía algunas tierras adyacentes, donde Royce reanudó su interés en el cultivo de frutas. Inevitablemente, destacó por su perfección a esta actividad, y rápidamente se convirtió en un experto líder en muchos aspectos de la agricultura y la horticultura.

Ya sea que estuviera diseñando componentes de automóviles o motores de aviones (en la II Guerra Mudial y en la actualidad), la búsqueda de la perfección de Royce nunca se vino abajo. Bajo su dirección, el motor de aviones Buzzard construido en 1927 con una potencia inicial de 825 CV se transformó en solo cuatro años en el motor "R" que, en su forma final, era capaz de producir 2.783 CV. Y su diseño sirvió de inspiración para fabricar un motor V12 que aparecería en el Phantom III de 1936, tres años después de su muerte. 

La tendencia de Royce a trabajar en exceso, a menudo a expensas de su propia salud, fue un síntoma de su búsqueda de la perfección, y una extrema voluntad de lograrlo forjada en dificultades y adversidades que le habían azotado a lo largo de su vida. Era un hombre muy motivado, algunos podrían decir obsesivo, que superó muchos contratiempos y desgracias, y aplicó su meticuloso ojo de ingeniero, mente inquisitiva y ética de trabajo implacable a todos los aspectos de su vida. Y tal es el poder de su espíritu y leyenda, que todavía inspira a la compañía que lleva su nombre 160 años después de su nacimiento.

Y es que una de sus frases fue "Esfuérzate por la perfección en todo lo que haces. Toma lo mejor que existe y hazlo mejor" convirtiéndose en una de las citas más famosas en la historia del automóvil.