Ferrari California. El dios del sol y del viento
Ferrari es especialista en producir deportivos de ensueño de toda índole; con motor delantero, con motor trasero, un V12, un V8... La mayoría son deportivos radicales, potentísimos y habilidosos, capaces de circular a "fuego" por cualquier circuito de nuestro país, si así lo requieren sus dueños, y ganar a todos los que en aquel momento se encuentren compitiendo.
Pero de vez en cuando los chicos de Maranello nos sorprenden con coches más mundanos y utilizables en el día a día y a los que no se les "caen los anillos" por lidiar con el tráfico urbano, pero que ofrecen también unas grandes cualidades deportivas, sin llegar a ser extremas. Es el caso del Ferrari California, un 2+2 plazas con motor delantero (el primer V8 situado en posición delantera de la historia de la marca), y techo duro retráctil.
Se presentó en el Salón de París en 2008 y tuvo muchísimas críticas por parte de la prensa especializada. Que si era un coche orientado al mercado norteamericano, ya que su peso era bastante excesivo, que si era un coche "para chicas", no obstante la marca preveía unas ventas del 50% para ese mercado; que si era un proyecto de Maserati cuyo desarrollo resultó muy caro y ya era tarde para echarse atrás... Un sinfín de historias que cada vez se hacían más y más grandes. Si a eso le añadimos que el California no es muy fotogénico, teníamos el "peor y más feo" Ferrari de producción de la historia.
Pero nada más lejos de la realidad. Hace unas semanas tuve la oportunidad de ver uno en vivo y en directo y a título personal, a mí me pareció un coche de lo más bonito. Bien es cierto que las fotos no le hacen justicia, pero es un Ferrari auténtico. No es un coche típico de la marca, con líneas afiladas, bajo, ancho y ultradeportivo; es más bien "mazacote", con una trasera muy voluminosa y una línea lateral muy ascendente en el que se marcan muy claramente los enormes pasos de rueda. Un coche digno de todo un "gentleman driver" moderno.
Su motor es un 4.3 V8 atmosférico con 460cv y 485Nm de par máximo. Su sonido al ralentí es muy evocador y el coche parece más "gordo" de lo que sus líneas recatadas dejan entrever. La aceleración es simplemente bestial ya que alcanza el 0-100 Km/h en tan solo 4 segundos y una velocidad máxima de 310 Km/h. La mayor parte de culpa de que el California alcance semejantes cifras, recae sobre la caja de cambios de 7 velocidades y doble embrague, fabricada por Getrag, con función "Launch Control" y un par máximo superior al del F430, que era su "hermano" mayor, pese a pesar 215 Kg más. La caja de cambios era lo más rápido conocido hasta la fecha y fue puesta a punto por los chicos de Getrag y la colaboración del siete veces campeón del mundo de F1, Michael Schumacher, en el circuito de Fiorano. Aunque para los más "nostálgicos", existe una variante manual con seis velocidades.
El interior es de lo más suntuoso con cuero por todos lados, aluminio del bueno en el salpicadero y consola central, asientos deportivos, inspirados en los del Ferrari 365 GTS Daytona, como opción... Todos los mandos se encuentran a mano y desde el botón de arranque, situado en el mismo volante, hasta el botón del "launch control" situado en la consola central, funciona a las mil maravillas. El "pero", es un navegador situado en el salpicadero, sospechosamente parecido al que llevan los Chrysler y Dodge, muy impropio de una marca como la italiana, aunque nunca destacasen por sus equipos multimedia. Pero el resto de los materiales empleados y la tecnología que nos ofrece, justifican en mayor medida lo que te piden por este coche. Llama la atención también el cuentarrevoluciones, situado en el centro y con el fondo amarillo, que le imprime un carácter más deportivo, aún si cabe.
Pulsamos un botón y el techo duro retráctil se esconde en el maletero en tan solo 12 segundos. Arrancamos el fulgurante y sonoro V8, insertamos la primera y nos vamos.
Con la suspensión en modo Confort, el coche se muestra muy dócil y se "merienda" las imperfecciones del asfalto con una suavidad nunca antes conocida en la marca del "cavallino". La respuesta a bajas revoluciones es de agradecer en el tráfico urbano. La dirección es muy precisa y tiene el tacto idóneo para este tipo de coches. Es dura pero sin resultar pesada.
Con la suspensión en modo Confort, el coche se muestra muy dócil y se "merienda" las imperfecciones del asfalto con una suavidad nunca antes conocida en la marca del "cavallino". La respuesta a bajas revoluciones es de agradecer en el tráfico urbano. La dirección es muy precisa y tiene el tacto idóneo para este tipo de coches. Es dura pero sin resultar pesada.
Cuando cambiamos el "manettino" a modo Sport, se nota un cambio sustancial en cuanto a la dinámica del coche se refiere. Se endurecen las suspensiones, la dirección..., pero nunca se mostrará como un suplicio como en otros coches deportivos. El chasis está muy bien puesto a punto y circulando a velocidades elevadas, el coche se muestra muy neutro en reacciones aunque, por supuesto, nunca estará al mismo nivel de sus hermanos mayores, diseñados bajo la premisa de la velocidad y las sensaciones. Los frenos carbocerámicos son de serie, son inagotables y nos aseguran una buena capacidad de frenada bajo cualquier circunstancia.
Su precio es de unos 198.000 euros y a cambio nos darán un descapotable deportivo, con una gran carga tecnológica y altas dosis de diversión al volante, pero útil en el uso diario, ya que a sus dos "plazas" traseras le unimos un maletero digno de 340 litros de capacidad (240 con el techo en el maletero).
Los más "puristas" de la marca preferirán un 458 Italia, pero este coche no está orientado hacia ellos, sino a los nuevos clientes de la marca y a los consumidores de coches como el Mercedes Benz SL o Aston Martin DB7 Volante.
Los más "puristas" de la marca preferirán un 458 Italia, pero este coche no está orientado hacia ellos, sino a los nuevos clientes de la marca y a los consumidores de coches como el Mercedes Benz SL o Aston Martin DB7 Volante.
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