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Lexus LF-A Nürburgring Edition. Palabras mayores

Lexus es conocida por ser la marca "premium" de Toyota. También es conocida por sus berlinas cómodas, suntuosas y tecnológicas hasta la saciedad y, por supuesto, también son famosos porque fueron los primeros en aplicar la tecnología híbrida para el gran público en el mundo del automóvil moderno.



Pero su incursión en la Formula 1 hace unos años, con el logotipo de la marca generalista no era por casualidad. Durante ese tiempo en el que participaron en el "gran circo", Toyota era la marca que más dinero invertía en el desarrollo de sus motores y monoplazas y con bastante diferencia respecto a los demás equipos.


Nadie cayó en la cuenta de que normalmente esta competición sirve como trampolín comercial a las marcas, y teniendo en cuenta que ni Toyota, ni Lexus, tenían ningún modelo de tan altas prestaciones ni deportivos tan extremos, no sé como a nadie se le ocurrió que los japoneses estaban tramando algo. Pero algo realmente "gordo".




Como todos sabéis, el equipo se disolvió debido a sus mediocres resultados y a que la crisis mundial empezaba a asomar las orejas, con lo que los directivos de la marca decidieron abortar la misión de la Fórmula 1. ¿Pero por qué ese interés en demostrar al mundo sus capacidades punteras en la categoría reina del automovilismo mundial a golpe de talonario?. Si sus coches se venden muy bien y por aquel entonces le había arrebatado a GM la categoría de mayor fabricante mundial. ¿Qué necesidad tenían?.



La respuesta se escuchaba un año más tarde entre los árboles que rodean los circuitos de pruebas secretos que la marca tiene repartidos por Japón y de vez en cuando, se veía una "mancha" blanca y negra saltando badenes, derrapando en todas las curvas y devorando kilómetros en el circuito alemán de Nürburgring a una velocidad increíble, durante sesiones privadas cerradas al público. También se dejaba ver un "concept car" de Lexus, con unas formas muy agresivas y típicamente inspiradas en el diseño general de los coches orientales de gran cilindrada, que hacía las delicias del público por todos los salones del mundo en los que se exponía. Ese "concept" se llamaba LF-A.



Entre tanto; el Nissan GT-R, hacía temblar los cimientos de Stuttgart con un coche diseñado por, y para batirse en duelo contra el Porsche 911. Al principio no creían que un coche tan pesado, voluminoso y con tracción total, podría doblegar al "niño mimado" de los deportivos alemanes, más liviano, afilado y con una más que eficiente tracción trasera; pero se equivocaron, y a los hijos de...l sol naciente, les quedó un coche extremadamente bueno para batirse contra el todopoderoso 911 y varios deportivos más que quisieran tomarle el pulso. Los italianos Ferrari y Lamborghini, no se preocuparon demasiado por aquella demostración de poderío oriental, ya que sus coches estaban todavía varios puntos por encima del GT-R en cuanto a deportividad y exclusividad.



Pero su error no fue el menospreciar las capacidades de aquel Nissan deportivo, sino el no tener en cuenta que en Japón existen otras marcas con la misma, o mejor tecnología, capaces de hacerlos sonrojar en prestaciones y exclusividad. De repente; un buen día aquel coche de salón llamado Lexus LF-A, se materializó para hacer la "puñeta" a los deportivos más reputados del viejo continente y una marca de vehículos de representación como Lexus, sin ningún tipo de tradición deportiva, se tornaba como un rival poderoso para esos superdeportivos con miles de fieles seguidores por todo el mundo.



Contaba con un 4.8 V10 atmosférico de 560cv, tracción trasera, chasis de carbono, paneles de fibra de carbono y de vidrio y caja de cambios automática-secuencial con levas detrás del volante de 6 velocidades. Un capricho capaz de alcanzar los 325 Km/h y acelerar de 0-100 Km/h en tan solo 3,7seg. Su diseño era bastante..., oriental, pero no obstante era muy deportivo, musculoso y sobre todo original. Sólo se han fabricado 500 unidades para todo el mundo, de las cuales, tan sólo una llegará a España. Pero esa unidad es de las "normales", de las que "sólo" cuestan 435.000 euros. Y digo de las "normales" porque de las 500 unidades, se van ha separar 50 para ser Nürburgring Edition


¿Qué más te pueden ofrecer?. Pues la verdad, según se mire, no mucho. Por 65.000 euros más sobre la tarifa, o sea, unos 500.000 euros, te ofrecen el mismo motor con 10cv más, a base de modificar los segmentos de los pistones, un chasis 10mm más bajo, piezas nuevas de carbono en las puertas, nuevas aletas, un nuevo spoiler delantero, bucquets de competición, en vez de los cómodos asientos motorizados, semi-slicks de competición Bridgestone RE070, una caja de cambios retocada para que tarde 0,05 segundos menos en cambiar de marcha y un alerón trasero de fibra de carbono fijo que, entre otras cosas, genera un apoyo aerodinámico un 30% mayor sobre las ruedas traseras.



¿Sólo eso justifica tal aumento de precio?. Bueno, para los que tienen mucho dinero parece ser que sí. Sobre todo porque sólo lo podrán elegir con cuatro colores para el exterior; negro, negro mate, blanco y el naranja de las fotos, para combinarlos con tres colores del interior; negro, negro y rojo o negro y... ¿¿¿violeta???.



Realmente estamos hablando de un coche casi de competición, pero con la posibilidad de ponerle una matricula. La cura de adelgazamiento a base de carbono por todos los lados, incluido en el habitáculo, las llantas de magnesio y los asientos mucho más livianos; le han hecho perder unos impresionantes 100 Kg, y eso que los responsables del proyecto no han querido prescindir de "gadgets" como el completo navegador o el climatizador automático que le harían adelgazar unos 20 o 30 Kg más, aproximadamente.


Hay que estar muy seguro para denominar a un coche de calle con el apellido Nürburgring, y los chicos de Lexus sabían lo que hacían. Han rodado miles de kilómetros en este circuito para poner a punto los diferentes elementos del coche; chasis, electrónica, motor, maniobrabilidad... Las ruedas son auténticas lapas sobre el asfalto y la estudiada aerodinámica hace que sea muy difícil despegar el coche del suelo. Tan solo en los cambios de rasante muy pronunciados y a altísimas velocidades podrás ser capaz de hacerlo, pero el coche vuelve a su ser nada más posarse sobre el asfalto cual hoja de otoño.



Su motricidad es realmente asombrosa y es capaz de tomar cada curva a unas velocidades de escándalo, gracias a su buena puesta a punto del chasis y la estudiada electrónica del vehículo que, a pesar de ser mucha y muy intrusiva, desde el interior no se aprecia que está funcionando continuamente. No ofrece ningún atisbo de subviraje y tan solo sobrevira si le "apretamos las tuercas" a la salida de las curvas, pero lo hace de una forma muy suave y predecible. La posición central del motor delantero es la más idónea para equilibrar el desplazamiento de masas y obtener un coche extremadamente rápido y estable y la seguridad y confianza que aporta a su afortunado conductor no se puede comparar con la que puede ofrecer un Porsche 911 GT3 o un Ferrari GTO que, aún siendo grandes deportivos extremos, requieren de mayor pericia y las mejores manos de, sus también afortunados, propietarios.



El punto débil de esta gran joya de la ingeniería moderna son sus frenos. Son carbocerámicos, casi indestructibles aunque les exijamos mucho. Pero en el momento en el que se activa el ABS el tacto se hace totalmente artificial y no se puede dosificar la potencia de frenado como nos gustaría, con lo que se pierde mucha velocidad y resta la confianza plena del conductor que, previamente, había adquirido yendo "a fuego" por todas las curvas. Otra peculiaridad de este coche es que, al no tener turbo, debemos mantener el propulsor por encima de las 6.000rpm si queremos sacar lo mejor de él. Pero no es un problema, porque el sonido que emana de sus tres salidas de escape dispuestas en el centro del difusor trasero en forma de triangulo invertido es, simplemente, espectacular.



Las prestaciones son idénticas que las del LF-A "normal". 325 Km/h y una aceleración de 0-100 Km/h en 3,7 segundos, pero esta vez con 570cv. Las prestaciones del modelo original son más que buenas y, teniendo en cuenta los apósitos aerodinámicos que incluye la versión Nürburgring, lo raro es que no hayan mermado en pos de una mayor efectividad sobre el asfalto.


La conclusión es que, a pesar de que su diseño no enamore a primera vista, tenemos ante nuestros ojos un deportivo extremo, con unas muy buenas capacidades para ser un carreras-cliente excelente, muy buenas prestaciones totales, mucha tecnología y muy bien estudiada, con un gran aplomo incluso a velocidades muy elevadas, utilizable en el día a día y muy exclusivo.



Si en su momento se habló del Honda NSX como el "Ferrari japonés" y actualmente del Nissan GT-R como un digno rival de Porsche, ¿por qué no podemos denominar al LF-A como el Bugatti Veyron japonés?



Es muy pretencioso, pero realmente es impresionante ver como una marca de coches de representación como Lexus (con Toyota a la cabeza, no lo olvidemos), se ha atrevido a realizar un deportivo tan extremo y lo más preocupante; tan bueno.

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