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Lo demás es historia: Ford Fiesta



Si alguna vez os cruzáis con un Ford Fiesta de primera generación, de color marrón claro, con el techo de vinilo de un marrón más claro aún y con la matrícula V-1810-V, no lo miréis como un coche viejo, admirarlo; porque tendréis ante vosotros al primer Ford Fiesta de la historia.


Este utilitario es uno de los vehículos más exitosos de Ford, por lo menos en Europa. No obstante; actualmente conocemos la séptima generación, cuyas ventas gozan de muy buena salud, sirve como base para competir en el "World Rally Car" y se ha exteriorizado su venta fuera de las fronteras europeas y de Sudamérica. Va camino de convertirse en una leyenda, si no lo es ya, porque pocos coches existen en el mercado actual con casi 36 años a sus espaldas.


Corría el año 1974 cuando Henry Ford II, hijo del creador de la marca, colocaba la primera piedra de la futura fábrica de Ford en Almussafes; Valencia. Dos años más tarde, en 1976, salía de la cadena de producción el primer "Forfi" de la historia, que fue sorteado entre todos los operarios de la factoría. Algunos de sus componentes se fabricaron también en Colonia; Alemania y en Dunton; Reino Unido.


Nacía con la misión de competir contra los Renault 5, Seat 127 y compañía, ya que estos modelos utilitarios se habían popularizado mucho. Tras la crisis del petróleo de 1973, la población reclamaba vehículos compactos y con un consumo contenido y Ford no tenía en su catálogo ningún coche con esas características.


Fue el primer Ford con tracción delantera y cumplía con todas las expectativas que se esperaban de él. El prototipo original se propuso en 1973 y tenía el nombre clave de Bobcat. Poco o nada cambió en el coche que finalmente pasó a producción y una de las pocas cosas que cambiaron fue su denominación. Se barajaron varios nombres; Bolero, Bambi, Amigo, Cheri, Metro, Pony..., pero fue el mismísimo Henry Ford II el que se decantó por llamarlo Fiesta, denominación que sigue vigente a día de hoy.


El Fiesta MkI comenzó montando dos motores de gasolina; un 0.9 de 40cv y un 1.1 de 50cv. Medía 3,56 metros de largo y se ofrecía solo con carrocería de tres puertas y una caja de cambios de 4 velocidades, además de la posibilidad de elegir entre tres acabados; L, S y Ghia, que era el más equipado. En 1977 se comercializó la versión comercial denominada Van y se incorporó a la gama un motor 1.3 que generaba 66cv y con el que era capaz de alcanzar los 150 Km/h. El éxito del modelo fue totalmente apabullante y en 1979, sólo tres años más tarde de comenzar la producción, salía de fábrica la unidad 1.000.000.


En 1981 aparecía en escena la versión más deportiva; el XR2, con un motor 1.6 gasolina de 81cv. Ahora os estaréis riendo a carcajadas, pero en aquella época este motor era una auténtica bomba. El XR2 tenía un gran equipamiento como, por ejemplo, frenos de disco a las cuatro ruedas, llantas específicas, aditamentos estéticos exclusivos... 


En 1983 nacía la segunda generación, que no era más que un profundo "restyling". Llamadme nostálgico, pero a este modelo en concreto lo tengo un gran cariño porque fue mi primer coche. Lo "heredé" de mi padre y me sirvió de sparring durante 3 años. Con aquel Fiesta MkII de color azul oscuro, con una franja verde que recorría todo el lateral y la pintura con brillantina, aprendí a conducir, hice mis primeros viajes con los "colegas" y comprobé la capacidad de absorción de los amortiguadores desde el asiento trasero en alguna ocasión; hasta que un tipo con un Volvo decidió saltarse un Stop e hizo que me quedase sin mi primer medio de transporte, y sin mi primer "nidito de amor".


Me encantaba conducir aquel coche. Era la versión más básica, el 0.9 con cuatro marchas pero, a pesar de su escasa potencia, aceleraba de forma contundente y tenía una conducción muy viva. Además aquellos motores tenían fama de indestructibles.


Era un poco más grande que el MkI, en este caso medía 3,61 metros de largo y teníamos la posibilidad de elegirlo con 5 velocidades, según versiones. En esta generación se incorporó un motor diésel 1.6 con 54cv, además de las motorizaciones de gasolina ya conocidas. La versión deportiva XR2 aumentó su potencia hasta los 96cv y era capaz de acelerar de 0-100 Km/h en menos de 10 segundos, alcanzando una velocidad máxima de 180 Km/h. Fue un modelo muy deseado en aquellos años y su imagen musculosa, con aquellos parachoques sobredimensionados con antinieblas incorporados, las llantas de agujeros y ese motor tan potente; le hicieron ganar muchos admiradores en toda Europa y, hoy en día, es una de las versiones más cotizadas.


Casi al final de su vida comercial, también presentaron una versión automática denominada CTX. Estaba asociada al motor 1.1 de 55cv y era una transmisión por variador continuo, así que básicamente funcionaba como en un ciclomotor.

En febrero de 1989 se presentó el Mk III, un Ford Fiesta totalmente reformado, con líneas redondeadas y, por primera vez, con posibilidad de adquirirlo con 5 puertas. Contaba con seis motores, incluyendo un diésel, y disponía de cuatro acabados diferentes a elegir. También fue el pionero en incorporar un sistema antibloqueo de frenos mecánico en un utilitario, denominado SCS.



Un año más tarde, en 1990, apareció una versión radical del Fiesta denominada RS Turbo. Era un coche muy delicado de conducir, ya que incorporaba un potentísimo motor 1.6 con turbo, que generaba 133cv y lanzaba al coche hasta una velocidad punta de 215 Km/h. Todo ello sumado a un utilitario con peso muy contenido, hacía que el coche hiciese sudar hasta al piloto más experimentado. En 1992 fue sustituido por un, más civilizado, XR2, con un motor 1.8 de 130cv. Alcanzaba los 200 Km/h de velocidad máxima, realizaba el 0-100 Km/h en tan sólo 8,6 segundos y además, era un 30% más barato que el RS.


También hubo una versión de acceso a la deportividad denominada Ford Fiesta Si, con motores 1.4 y 1.6 de gasolina; varias series especiales de corte juvenil, como el Fiesta Cheers o el Fiesta Boston, además de una variante de carga denominada Courier. Como curiosidad, recuerdo que fue en esta generación cuando los chicos de la marca crearon un prototipo con tres puertas al estilo de lo que actualmente ofrece el Hyundai Veloster, pero no lo llegaron a comercializar. También, y a pesar del nacimiento de la cuarta generación, el Fiesta Mk III se mantuvo en venta unos años más bajo la denominación Fiesta Classic.


El Mk IV, apareció en el mercado en 1995. La carrocería aumentó su tamaño hasta los 3,7 metros de largo  y los cambios más profundos se centraron en el frontal y algunos paneles. La gama contaba con cinco motorizaciones de gasolina y dos variantes de ciclo diésel. También incorporaron un amplio equipamiento, ya que podían contar con dirección asistida o airbags para el conductor y acompañante, por poner algunos ejemplos. En ese mismo año se estrenan los motores TDdi con la incorporación a la gama de un 1.8 de 75cv. Alcanzaba los 168 Km/h y tan solo atesoraba un consumo de 5,3 litros a los 100 Km.


También apareció el Puma. Era un coupé derivado del Fiesta, con un diseño muy original y moderno, que contaba con dos motorizaciones; un 1.4i de 90cv y un 1.7 de 125cv. Medía 3,98 metros, contaba con cuatro plazas y tenía un maletero de 250 litros. Se convirtió en una alternativa relativamente barata al mundo de los coupés con aires deportivos.


En esta generación se firmaron algunos acuerdos de colaboración con la marca japonesa Mazda para compartir sinergias. Aprovechando esta circunstancia, la marca de Hiroshima comercializó un clon del Fiesta denominado Mazda 121.


En 1999 aparece la quinta generación, aunque yo considero que solo era un "restyling". Apareció un nuevo frontal, para asemejarse un poco más al nuevo Focus y entrar dentro del movimiento de diseño de la marca denominado "New Edge". Lo único reseñable de esta generación fue la incorporación de un nuevo motor 1.6 con 103cv.


Entramos en la nueva era con la presentación de la sexta generación del Fiesta en el Salón de Frankfurt de 2001. Originalmente se presentó tan solo con carrocería de 5 puertas y seguían creciendo sus cotas (3,91 metros) y su habitabilidad interior. Contaba con tres motorizaciones de gasolina de entre 58cv hasta 100cv y un turbodiésel de 68cv.


Hasta 2003 no se comercializó la variante de 3 puertas, denominada coupé y el ESP se ofrecía de serie o en opción para las motorizaciones diésel o el gasolina más potente o según acabados; Ambiente, que era el básico de acceso a la gama, Trend, que era más deportivo y Ghia, que era el más lujoso.


En ese mismo año también se comercializó un "crossover" pequeño, sobre la base del Fiesta, llamado Ford Fusion. No era un "crossover" como tal, ya que no tenía ni tracción total, ni ninguna pretensión campera. Digamos que era un Ford Fiesta más capaz; medía 4,01 metros de largo, 1,54 de alto y ofrecía un maletero más que suficiente, con 337 litros. Disponía de dos motores de gasolina con 80 y 100cv y un diésel con 68cv.

Dos años más tarde, en el 2005, se ponía a la venta el Ford Fiesta más potente hasta la fecha; el ST. Contaba con un 2.0 de 150cv, aceleraba de 0-100 Km/h en 8,4 segundos, alcanzaba los 208 Km/h de velocidad punta y consumía tan solo 7,4 litros a los 100 Km. Su estética no era tan diferenciadora como la de sus ancestros, pero sus "argumentos" en la carretera y a la hora de conducirlo eran más que tajantes.


A finales de ese año se presentaba también el motor de ciclo diésel más potente que había montado hasta la fecha. Se trataba de un 1.6 TDCi de 90cv con el que registraba unos consumos de tan solo 4,5 l /100 Km.


En 2006 se comercializaba un ligero "restyling" de esta generación. Los motores no variaron, la apariencia exterior se caracterizaba por unos nuevos pilotos delanteros y traseros y el salpicadero interior era totalmente nuevo. Pero con este lavado de cara, también podía incluir un amplio equipamiento de serie con "gadgets" como el control por voz o el climatizador automático, por ejemplo.


Por último, la séptima generación, y la que podemos adquirir en la actualidad, se presentó en el año 2008. Cuenta con carrocería de tres y cinco puertas y un sedán que tan solo se comercializa en E.E.U.U., aunque está previsto el lanzamiento de un monovolumen sobre su misma base y, quien sabe, si alguna variante más. Es el Ford Fiesta más global de todos los que han existido y se vende en todos los continentes sin apenas cambios sustanciales.


Destaca su línea afilada, musculosa y muy juvenil. El interior es muy original también
, con un salpicadero cuyo panel central recuerda mucho a la fisionomía de un teléfono móvil.


Los motores que impulsan a la gama actual son un 1.2 con dos tramos de potencia; 60 y 82cv, un 1.4 con 96cv y un 1.6 con 120cv, todos ellos de gasolina. Las motorizaciones diésel son dos; un 1.4 TDCi con 68cv y un 1.6 TDCi con 90cv.


Previsiblemente este año también se comercializará la versión más radical del Fiesta; el ST. En esta ocasión montará un motor de gasolina 1.6 con turbo que generará una potencia de 180cv, por lo que se convertirá en el Fiesta más potente de toda su historia.

Hasta este punto se han escrito los 36 años de historia del utilitario más exitoso de la marca del óvalo.  Unas 12.000.000 de unidades se han vendido hasta la fecha, así que, posiblemente, le queden otros muchos años de existencia y ojalá, las futuras generaciones puedan disfrutar, al igual que lo hemos hecho varios de nosotros, de uno de los coches más simpáticos que han dejado su firma en la historia de la automoción moderna. !Que continúe la Fiesta!.

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