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Mercedes AMG Black Series. Los chicos malos de AMG

Hoy voy a deleitaros con los chicos más malos de Mercedes Benz; los Black Series.



Son AMG de pura cepa, pero han sido todavía más modificados si cabe, y si AMG representa lo más radical de Mercedes Benz; los Black Series representan lo más radical de AMG.



En esta entrada diseccionaremos uno por uno a todos los componentes de la gama más exclusiva y deportiva de la marca de la estrella y empezaremos por el último en llegar; el Mercedes Benz C63 AMG Coupé Black Series.



Todos los AMG Black Series han sufrido importantes modificaciones en chasis, motores, y reducción de peso, para convertirlos en auténticos coches de competición matriculables.



En el caso del C63 Coupé no han llegado a ser tan radicales, pese a lo que pueda parecer al ver las fotos. Obviamente han potenciado su motor original, que pasa de unos, ya respetables, 457cv, a unos galácticos 517cv. Para conseguir tal cantidad de potencia, los ingenieros de la marca han modificado componentes del motor, como los pistones, las bielas, el cigüeñal..., para que pudieran soportar tal cantidad de fuerza disponible. Curiosamente, todos estos componentes los han importado de su "hermano mayor" SLS, y que en ese coche soportan los 571cv de potencia máxima.



También se ha modificado la gestión electrónica de refrigeración y se le ha aumentado un 50% el tamaño del radiador, para que no haya ningún tipo de "calentón" en el motor si le apretamos un poco las tuercas al coche.



Va asociado siempre a un cambio automático de 7 relaciones denominado "Speedshift MCT", que transmite todo ese potencial solo a las ruedas traseras y que además, incluye de serie un diferencial autoblocante mecánico.



Con todo ese poderío, es capaz de acelerar de 0-100 Km/h en tan solo 4,2 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 250 Km/h. Sí, habéis leído bien; "solo" 250 Km/h, pero tenéis que tener en cuenta que la velocidad está autolimitada; sin limitador pasaría de los 300 Km/h con cierta facilidad.



En cuanto al chasis, el trabajo ha sido más peliagudo y han modificado el conjunto muelle-amortiguador de serie, por uno montado de forma concéntrica, y los amortiguadores son de semi-competición, regulables en dureza. También se ha modificado el ancho de vías; 79mm la trasera y 40mm la delantera.



Gracias a estas modificaciones en el chasis, se hace necesario un "kit" de carrocería más musculoso, con paragolpes más prominentes, que incorporan unos radiadores más grandes para refrigerar el motor, unas aberturas sobre el capó delantero de aluminio, que sirven para disipar el calor de la mecánica, unos discos de frenos más grandes, con pinzas Brembo de seis y cuatro pistones delante y detrás respectivamente, pintadas en rojo...




Y por si te parece todavía insuficiente, la marca te ofrece dos paquetes de personalización independientes.



El primero se denomina "AMG Circuito" e incluye unas ruedas de competición de la marca Dunlop y un radiador para la transmisión trasera, colocado sobre el difusor.



El segundo se llama "AMG Aerodinámico" y te ofrecen diferentes aditamentos aerodinámicos para todo el coche realizados en fibra de carbono y en el que destaca un enorme y llamativo alerón trasero ajustable.



Por su parte, el equipamiento es sublime y en el interior destaca el volante deportivo de cuero y napa, y las inserciones de fibra de carbono en algunas partes del salpicadero; seña indiscutible de que nos encontramos en el interior de un Black Series.



Los buckets deportivos tapizados en cuero son de serie y para ahorrar peso se pueden eliminar los asientos traseros. También ayudan en esta "dieta" de adelgazamiento las llantas de aleación forjadas de 19", específicas para esta versión y que ahorran un total de 11 Kg.



El último componente en llegar a la familia Black Series tiene un precio de 130.000 euros. No me parece tampoco un coche excesivamente caro para todo lo que te ofrece y la sensación de tener un coche "diferente" a un AMG "cualquiera".



Continuamos con el SL65 AMG Black Series. Probablemente sea el coche más "bestia" de toda la saga. Aquí los chicos de AMG no se han cortado ni un pelo, y la estética del Black Series respecto al SL "normal" es, simplemente, extrema.



Las suaves líneas de la carrocería del SL, su techo duro retráctil, su clase...; todo eso ha dejado de existir con el Black SeriesAhora tenemos ante nosotros a un chico malo, hormonado a base de fibra de carbono, más bajo, más ancho, más caro, más exclusivo y mucho más amenazador. Y por cierto; ya no es descapotable.



Su motor ha sido montado a mano por un solo operario, el cual, atornilla una placa con el número de motor, los datos y su rúbrica personal. Es un 6.0 V12 Biturbo, que genera 670cv con !!!1000 Nm de par máximo!!!. Y el par está limitado a 1000 Nm, porque comprobaron que a 1.200 Nm reventaría la vetusta caja de cambios automática de 5 relaciones y cualquiera que quisieran poner en su lugar.



Gracias a este corazón mecánico, es capaz de acelerar de 0-100 Km/h en unos fugaces 3,8 segundos y alcanzar una velocidad punta de 320 Km/h, ¿¿¿autolimitada???. Madre mía, si le ponemos unas alas despegaría y además, sería capaz de volar.



Dentro de su tabla de ejercicios de musculación, al SL le dijeron que debía de bajar algo de peso para llegar a ser un Black Series, y gracias a un entrenamiento muy exhaustivo en el gym, logra arañar de la báscula, nada más y nada menos que 250 Kg, gracias a la eliminación del techo mecánico y al uso masivo de fibra de carbono en toda la carrocería.



De hecho; hay tanta fibra que las únicas cotas que coinciden con el SL original, son la distancia entre las puertas y las puertas en sí. Mide casi 2 metros de ancho, concretamente 1,96 metros, pero aun parece que lo es bastante más.



Estas desproporcionadas medidas tienen una razón de ser y es que han modificado varias cosas. Por ejemplo; han sustituido la pesada suspensión activa ABC por una más apropiada, la amortiguación y cotas son regulables, tanto en altura de la carrocería, como en la caída y convergencia de las suspensiones. Por eso se ha ensanchado la vía delantera en 97mm y la trasera en 85mm; para alojar las nuevas suspensiones y los rodamientos fabricados en aluminio para aligerar peso, todo ello en colaboración con el especialista alemán KW.



Su porte es impresionante y parece sacado directamente de una carrera del DTM alemán; pero no del DTM actual, sino de un DTM imaginario en el que participarían coches como el Serie 6 de BMW o el R8 de Audi.



También cuenta con un alerón trasero retráctil, que se activa y eleva a partir de los 120 Km/h para favorecer el aplomo de la parte trasera a ciertas velocidades.



La dirección asistida se ha afinado bastante más todavía que en el coche del que procede; ahora es más afilada y directa con tan solo 1,7 vueltas entre topes. Además a este Black Series le han incorporado un diferencial aotoblocante trasero tarado al 40% en aceleración.

Los frenos también han sido sobredimensionados. Los discos son esas paelleras que ves detrás de las llantas de 19" delanteras. También las puedes mirar desde las ruedas traseras con llantas de 20".




No son carbocerámicos, pero te aseguras unas frenadas impresionantes con la mordida de sus pinzas monobloque de seis pistones delante y de cuatro detrás.



Si en el exterior impresionan sus curvas y medidas; en el interior tenemos un SL normal con aditamentos estéticos exclusivos. Como ejemplo pondríamos los buckets tapizados en tejido Alcántara, el volante achatado en su parte inferior y un poco más pequeño, una grafía de los relojes diferente, algunas inserciones de fibra de carbono en las puertas y las levas de aluminio detrás del volante. La verdad es que esperas mayores cambios, pero al fin y al cabo; ¿qué quieres?. Si es un SL.



Como os comentaba antes, las levas del cambio que hay detrás del volante, actúan sobre una caja de cambios muy desfasada, lo que decepciona bastante. ¿Por qué no han colocado la más moderna semi-automática de siete velocidades que incorpora el SL63 AMG "normal"?.

Muy sencillo; porqué la caja de cambios de siete velocidades no aguantaba tal cantidad de par, por lo que tuvieron que utilizar soluciones ya conocidas y utilizadas en modelos anteriores.

El sonido del motor es bastante bronco, pero no transmite ningún tipo de sensaciones. Su sonido es una mezcla de ruidos, bramidos y bufidos bastante desacompasados entre ellos. No me entendáis mal, suena bien; pero no te pone los pelos de punta como un FerrariLamborghini Porsche, con sonidos más definidos.



A la hora de circular con él, se nota que es un coche grande y a pesar de la cura de adelgazamiento; es bastante pesado. Pero eso no le exime para que gracias a una potencia descomunal y el gran aplomo que ofrece bajo cualquier circunstancia, puedas hacer unas derrapadas espeluznantes totalmente controladas a base de volante y acelerador.



En curvas enlazadas, es un poco más torpe debido a su pésimo radio de giro y a la intrusión del omnipresente ESP, que hace que te pierdas un poco de esa diversión. En posición "Sport" está un poco menos activo, pero nunca te dejará "tirado" del todo. Es un poco subvirador y su tamaño no le ayuda a ser más ágil, pero en línea recta es totalmente imbatible y el cuentakilómetros avanza de 50 en 50 Km/h en el mismo tiempo que has tardado en pestañear.



El precio de este candidato a coche del malo en una película de acción era de más de 395.000 euros (que fue lo que pagó el único comprador de España) y dispusieron muy pocas unidades a la venta, concretamente 350 para todo el mundo, por lo que consecuentemente creo que en la actualidad es un coche de coleccionista.



Allá por el 2007, se comercializaba el tercer componente de la saga que vamos a desgranar; el CLK63 AMG Black Series.



La mayoría de vosotros lo recordaréis porque fue, durante unas temporadas, el "safety car" de la F1, ya que Mercedes Benz ha sido el proveedor de vehículos de apoyo en esta competición durante los últimos 15 años.



De momento, ya puede presumir de ser un coche al que no le adelantaba ningún F1 de tres al cuarto. También fue un coche conmemorativo, ya que los chicos de AMG lo fabricaron para celebrar su 40 aniversario. Y además; tuvo el honor de ser el primer Black Series auténtico (el primero fue el SLK55, pero fue solo un "experimento").



Como todos los Black Series, es un coche muy agresivo estéticamente hablando. El frontal fue rediseñado y se incrementaron las entradas de aire al motor, con lo que desaparecieron las luces antiniebla delanteras. La anchura de la carrocería se incrementaba hasta los 1,83 metros y la altura fue rebajada 75mm en el eje delantero y 66mm en el eje trasero.



Solo con mirarlo, apreciabas que era un coche "serio". También daban alguna pista, sus enormes llantas de 19", sus branquias laterales para disipar el calor que desprendía el motor, su discreto alerón trasero y su doble salida de escape ovalada arropando al difusor trasero de fibra de carbono situado en la parte central y que canalizaba el aire para pegar el coche al asfalto cuanto más alta fuera la velocidad.



En el interior pasaba lo mismo que con el SL65 Black Series. Era el de un CLK AMG "normal", pero con inserciones de fibra, volante deportivo achatado en su base y en los laterales, buquets preparados para admitir cinturones de cuatro puntos de anclaje, aluminio, cambios en la instrumentación y relojes, las levas detrás del volante...

Sigue teniendo cuatro plazas, pero las traseras carecen hasta de reposacabezas y no son aptas para viajar. Además se pierde mucho espacio para las piernas debido a los voluminosos asientos delanteros.

El motor era el mismo 6.2 V8 del AMG, pero remodelado para conseguir los 507cv del Black Series y un par máximo de 630Nm. Se coronó como el motor atmosférico más potente del mundo.



Todo ello se había logrado gracias a una profunda revisión sobre la admisión y escape, así como en la centralita del motor.

Gracias a esta transformación, el CLK63 Black Series era capaz de acelerar de 0-100 Km/h en tan solo 4,3 segundos y de 0-200 Km/h en 13,8 segundos, para alcanzar una velocidad máxima de 300 Km/h autolimitada.




En esta ocasión sí que pudieron colocar la caja de cambios automática-secuencial 7G-Tronic, a la que redujeron sus desarrollos un 6% para favorecer la respuesta de todo el conjunto.



El chasis también fue revisado a conciencia. Se redujo el centro de gravedad y se le adaptó una suspensión más firme y regulable, tanto en altura, como en dureza y hasta el grado de rebote del amortiguador. También se le incorporó un diferencial autoblocante trasero que, según la marca, mejoraba la tracción hasta en un 30%; le modificaron la dirección asistida y adaptaron unos frenos más apropiados a las nuevas características del coche.



Por supuesto, no escatimaron recursos en ningún mínimo detalle y hasta las ruedas eran unas carísimas Pirelli PZero Corsa, con llantas de 19". Duraban tan solo unos 5.000 Km y cambiarlas suponía un desembolso de 1.600 euros, pero el agarre en seco era casi el de un coche de competición.



Pese a ser un vehículo extremo, el equipamiento de serie era el mismo que podría llevar un CLK AMG "normal"; navegador, climatizador bizona, control de funciones por voz..., pero tenía un elemento diferenciador que se llamaba Racetimer.



Este elemento consistía en un display situado en la instrumentación que te indicaba parámetros como cuando cambiar de marcha al utilizar el modo manual del cambio, la temperatura del aceite o el nivel de carga de la batería. Pero de cara a la incursión en un posible circuito, el sistema también era capaz de controlar los tiempos por vuelta, hallar la velocidad media y máxima..., todo controlado por medio de unos mandos situados en el volante.



Circulando con él, te das cuenta que acusa todos los "males" que también han heredado su sucesores. Es impresionante conducirlo en carreteras abiertas con un buen firme y curvas suaves. La aceleración es simplemente brutal y el manejo en este tipo de vías es muy fácil. Pero si lo metemos en carreteras reviradas con el asfalto en mal estado, nos daremos cuenta que nos hemos confundido de coche.



La dureza de las suspensiones te transmiten con total nitidez cualquier bache o rotura del asfalto, el ESP es muy intrusivo y si lo desconectas, el coche es incapaz de gobernar semejante potencia y se descontrola muy fácilmente, los frenos tienen mucho aguante, pero si abusamos de ellos, obviamente comienzan a desfallecer y circular con él en tráfico urbanose torna una tarea demasiado brusca.



Con todo ello; es un coche, simplemente, espectacular. Lo malo que solamente fabricaron 40 unidades a un precio de 150.000 euros y cruzarte con alguno en algún lugar, es casi imposible.



Por último vamos a comentar algo sobre el primer Black Series; el SLK55 AMG Black Series. Como primerizo, tuvo varias críticas y los chicos de Mercedes Benz incurrieron en varios errores que no se volverían a repetir en el resto de la saga.



Para empezar; les quedó un coche bastante descafeinado. Sólo con mirarlo no te dabas cuenta de que era un producto más especial. Si lo observabas en mayor profundidad, sí que te percatabas del uso masivo de fibra de carbono para construir su carrocería, de que su techo duro retráctil había sido sustituido por uno fijo y por supuesto, las llantas de 19" marca de la casa.



Respecto al SLK AMGal V8 original se le había aumentado la potencia hasta los 400cv, lo cual le proporcionaba una aceleración de 0-100 Km/h en tan solo 4,5 segundos y alcanzaba una velocidad máxima de 250 Km/h autolimitada. Estaba asociado a la caja automática de siete relaciones automática-secuencial 7G-Tronic, con levas detrás del volante.



El chasis había sido retocado para soportar ese plus de potencia y contaba también con unas suspensiones regulables en altura y dureza, modificadas para aportar al vehículo un gran aplomo sobre el asfalto.



En esta ocasión, el autoblocante trasero era una opción que costaba más de 3.000 euros, y era casi de rigor gastárselos, porque en un coche con semejante potencial y una distancia entre ejes tan corta, podía pasar de ángel a diablo en lo que tardas en chasquear los dedos.



También se agrandaron los radiadores para refrigerar la mecánica, se cambiaron los filtros de admisión de aire por otros más apropiados, y un sistema de escape específico, que le proporcionaba un sonido muy característico y deportivo.



Los discos de freno seguían siendo de hierro, pero eran bastante más grandes y estaban mordidos por pinzas monobloque de cuatro pistones.



La marca ofrecía tres paquetes opcionales; Pack Cuero, que revestía de ese material prácticamente todo el habitáculo y tenía una barra estabilizadora más gruesa por 6.300 euros; Pack carbono, que incluía panelados de ese material en salpicadero, palanca de cambios, umbral de las puertas y volante multi-función, por 2.600 euros y Pack carbono exterior, con aditamentos estéticos sobre faldones laterales, frontales y spoiler trasero, por 4.300 euros.



El precio final del primer avance de la familia Black Seriesallá por 2006 era de 92.500 euros y solo se construyeron 100 unidades.



Estos han sido los cuatro coches que componen la saga de los "chicos malos" de AMG. Todos son muy exclusivos, muy caros y mantienen el nivel de calidad de cualquier producto de la marca de la estrella, pero no son para nada coches "ratoneros", ni sirven para hacer tramos de rallye. Eso sí, para fulminar de un acelerón cualquier distancia en autopista y arrancarle las pegatinas a cualquier coche con el que te cruces, cualquiera de ellos podría ser tu medio de transporte ideal y si además te gusta que te miren y oigan; también.
 

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