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Nissan Deltawind. Nace el futuro de la competición

Siempre hemos oído hablar de la aerodinámica de los coches, que no es otra cosa que la resistencia que ofrecen sobre el aire con su avance.



En la aviación se utiliza ese concepto desde sus orígenes, ya que es muy importante para que el avión se sustente en el aire, como para que se pueda mover con la soltura de los pájaros y por supuesto; para aterrizar y despegar con las mayores garantías.



En el mundo del automóvil no tuvieron en cuenta este concepto hasta, más o menos, los años 50 para los coches de competición, como el Jaguar D-Type, que lucía una aleta dorsal que favorecía una mayor velocidad máxima en recta y hasta los años 80 con el Ferrari F40 y ese enorme alerón trasero que hacía que el coche tuviera un gran apoyo en las ruedas traseras en grandes aceleraciones.


En la actualidad es muy importante que un coche de calle tenga una buena aerodinámica puesto que las normas anticontaminantes y el ahorro de combustible han cobrado vital importancia en los últimos tiempos y, cuanto menor sea el índice de penetración en el aire, menos combustible se necesita para mover el coche y por supuesto, menos emisiones se emiten a la atmósfera.



En la alta competición también es muy importante, pero en este caso la aerodinámica se utiliza para hacer que el coche se "pegue" a la pista cuanto más alta sea la velocidad y para "arañar" unas décimas al cronometro, ya que su estilizada carrocería permite canalizar el aire hacia las partes del vehículo que interesan.



La fórmula 1 es un claro ejemplo de como utilizan el aire a su antojo. O bien lo canalizan para refrigerar el motor o los frenos, o bien lo canalizan hacia sus alerones delanteros y traseros, para producir el efecto suelo, por eso tienen esa forma afilada y carecen de todos los embellecedores propios de cualquier otro vehículo. Solo cuentan con lo imprescindible para correr más rápido y más seguros.



Pero hay una competición del más alto nivel y con la misma solera que la F1 en la que la aerodinámica juega ambos papeles; la función de hacer que el coche sea muy rápido y la función de hacer que el coche sea parco en consumos.



Esa competición son las carreras de resistencia denominadas Le Mans Series y tiene como estandarte una de las mayores citas automovilísticas anuales a nivel mundial; las 24 Horas de Le Mans.



Este año se va ha celebrar durante el siguiente fin de semana y se podría considerar como la Meca de las competiciones mundiales de renombre. Si eres un gran aficionado al mundo del automóvil, es un lugar al que deberás de peregrinar al menos una vez en tu vida.

En torno al circuito se genera un submundo aparte, con atracciones de todo tipo, merchandising, restauración, acampada libre y una inmensa marea de aficionados a cualquier hora del día y de la noche deambulando por el circuito y sus alrededores.



Existen varias categorías: LMP1, LMP2, LMPGT1 y LMPGT2. Las dos primeras están orientadas a prototipos creados exclusivamente para estas carreras de resistencia y las dos siguientes para coches de serie modificados para competir.



Durante los últimos años la rivalidad entre las escuderías oficiales de Audi Peugeot no ha tenido parangón y también, los éxitos de carácter nacional se han ido sucediendo siendo el piloto español Marc Gené, junto con sus compañeros David Brabham y Alex Wurz, el que consiguió la victoria absoluta con el equipo francés en 2009, además de Antonio García en la categoría LMPGT1 con un Corvette, durante el mismo año.



Las marcas ven la carrera de resistencia por antonomasia como un escaparate perfecto para presentar al mundo su tecnología y muchas, y muy dispares, han sido las que han ganado a lo largo de sus casi 80 edicionesAudiPeugeotPorscheMercedes BenzBentleyJaguarMazda...


Pero esta ocasión marcará una muesca en la historia de las 24 Horas de Le Mans, ya que ha sido la elegida por la marca Nissan para presentar lo que, probablemente, será el futuro en este tipo de carreras; el Nissan Deltawind.

Correrá como coche de exhibición y con el dorsal número 0, pero intentará terminar la carrera. Ese, de momento, será su mayor logro.



Combina los dos principios y fundamentos de la aerodinámica que os he comentado al principio; velocidad y ahorro de combustible, lo que para una carrera de resistencia es nota imprescindible para optar a los primeros puestos. Aunque en esta ocasión hay una tercera pieza que interviene en el puzzle que es el motor y su fiabilidad.



Mientras que los ganadores de las últimas ediciones optaron por una mecánica diésel, en esta ocasión los chicos de Nissan se han decantado por un motor 1.6 de unos 300cv que son, más o menos. la mitad de caballos que los coches más punteros, pero como en esta ocasión estamos hablando de un vehículo experimental que no compite oficialmente, no hay problema.


La gracia reside en su estudiado y transgresor diseño. Es muy ancho en su parte trasera, ya que alberga el motor y justo por delante en una posición muy retrasada, también está el piloto.

Después hay un inmenso, alargado y afilado morro terminado en punta, con dos ruedas gemelas muy estrechas, lo que según sus creadores, favorece la maniobrabilidad, aunque todo el trabajo será para las ruedas traseras.

Los "inventores" de éste loco cacharro creen que gracias a su ligereza y su aerodinámica, pueden lograr grandes resultados en un futuro y, en esta edición de Le Mans, harán sus primeros "pinitos" y sacarán sus primeras conclusiones.



El piloto encargado de sacar al coche su "quinta esencia", es el español Lucas Ordoñez, un piloto atípico que ha ganado carreras en los circuitos más reputados de todo el mundo y contra los pilotos más experimentados..., sentado en su casa jugando con la Play Station... No es una broma; pero se ha ganado con creces el asiento de este prototipo experimental gracias a la videoconsola de moda. De él ya os contaremos su historia en otra ocasión.



De momento; tengo ganas de ver como se comporta en pista y en una situación real este "juguete" tan excéntrico. ¿Vosotros no?.

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