Pagani Huayra. Dios del viento
Horacio Pagani es un diseñador de automóviles de origen argentino, que comenzó su andadura profesional en la competición y después en Lamborghini, para años más tarde, fundar su propia empresa en Italia y crear su propio deportivo.
Fruto de su mente privilegiada y de su visión particular de lo que debería ser un superdeportivo, nació hace ya varios años el Pagani Zonda; un primer modelo que ha exprimido hasta la saciedad, creando versiones para todos los gustos, con diferentes potencias (entre 394cv de su primera versión, hasta los 760cv de la última) y que además; se ha vendido muy bien a pesar de sus precios desorbitados.
Pero llega el momento de que el Zonda pase a mejor vida, se convierta en un clásico moderno muy cotizado, y de dejar paso al nuevo modelo de Pagani; el Pagani Huayra.
Huayra procede de la mitología sudamericana y es el dios de los vientos y huracanes, que habita en las montañas del norte de Argentina.
Es un nombre muy acertado, ya que este coche corta, distribuye y maneja el viento a su antojo, para que fluya alrededor de su perfilada carrocería y ofrecer una menor resistencia al viento y un mayor aplomo en altas velocidades.
Sus líneas generales recuerdan bastante a su antecesor y mantiene la estética que caracteriza a la marca, pero en esta ocasión estamos hablando de un vehículo más musculoso y con unas líneas más tensas que las del Zonda.
El frontal no levanta pasiones, con esas formas entre afiladas y redondeadas, con unos faros que parecen los ojos saltones de un sapo...; pero a medida que vas profundizando y recorriendo con la vista todos sus ángulos; te gusta cada vez más (por lo menos a mi).
Los espejos retrovisores con un diseño imposible, unas puertas que se abren al estilo "alas de gaviota" del Mercedes Benz SLS, unos cuartos traseros voluptuosos, con la característica y ya clásica, salida de escape con cuatro tubos situada en una posición central y elevada, unas llantas con forma de turbina, techo panorámico (dentro de sus limitaciones) y un par de alerones dobles activos en la trasera, que se mueven y varían su inclinación durante la marcha, para asegurar el agarre perfecto en todo momento. Todo tiene su "gracia" y todo tiene un "porqué"; nada es superfluo o está simplemente para que el coche sea más o menos bonito.
Está pensado en pos de la efectividad y la seguridad en carretera abierta y si el Bugatti Veyron es lo máximo en cuanto a tecnología mecánica aplicada a la automoción; el Pagani Huayra es lo máximo en estudios aerodinámicos y soluciones técnicas, junto con el empleo de materiales, en su mayoría, utilizados en aviación o en la alta competición.
La base del vehículo es una estructura monocasco fabricada en carbotitanio. A partir de ahí, los subchasis delantero y trasero de acero al cromo molibdeno; están atornillados a esta estructura, los trapecios de las suspensiones están fabricados en aluminio aeronáutico forjado y el conjunto muelle-amortiguador está montado sobre la estructura del chasis para evitar la mayor parte de las masas no suspendidas, el sistema de escape es de titanio reforzado y solo pesa 10 Kg, la carrocería fabricada en carbono, además; incorpora una fina malla de filamentos de titanio que la hace más resistente en el caso de un accidente y absorbe mejor los impactos.
A pesar de todos estos materiales de alta tecnología y de ser los más livianos del mercado, el coche pesa más de 1.300 Kg, pero gracias a su impresionante motor, la relación peso-potencia es de las mejores del mundo en un coche de producción; 1cv de potencia tan sólo tiene que mover 1,9 Kg de peso. !Impresionante!.
Pero lo más llamativo de la carrocería no es la utilización de materiales livianos y exclusivos en su fabricación, ni siquiera las puertas de "ala de gaviota"; lo que más llama la atención son los "flaps" que lleva en la zaga para "pegar" el coche al asfalto.
En otros coches de esta índole, se suelen utilizar enormes alerones y difusores traseros, pero en el Huayra se encargan de esa labor una especie de aletas que están en continuo movimiento y que varían el ángulo de inclinación en base a ciertos parámetros que determinan si estamos en plena aceleración, tomando una curva o frenando enérgicamente. Funciona igual que los "flaps" que hacen despegar a los aviones del suelo, pero en esta ocasión, obviamente producen el efecto contrario.
Y si por fuera impresiona, por dentro te impone. El interior es muy..., como definirlo...; ¿barroco?.
El salpicadero está fabricado con un bloque macizo de aluminio al que se le da forma y se entremezcla con materiales como el cuero de primera calidad, tejido Alcántara y fibra de carbono por todos los lados.
Los mandos son también de aluminio brillante y en algunos casos, como en el climatizador, similares a las claves de un clarinete o cualquier instrumento de viento. No se le puede considerar un salpicadero al uso, sino una obra de arte tallada y esculpida; prácticamente todo está hecho con ese material.
Los relojes son muy grandes y tienen una tonalidad muy clara para que sean perfectamente visibles y en el centro cuenta con una pantalla multifunción, a modo de ordenador de a bordo, que indica varios parámetros del vehículo.
Presidiendo la consola central también nos encontraremos una gran pantalla de alta definición, con la que podemos gobernar el sistema multimedia y que además tiene una función en la que te indica la telemetría del coche en tiempo real.
El selector del cambio también es otra pequeña obra de arte fabricada en aluminio con detalles en fibra de carbono y, a pesar de tener un aspecto enclenque y muy simple; tiene nada más y nada menos que 67 piezas, con el objeto de hacerla similar en cuanto al tacto, a una palanca de cambios de competición; aunque sólo active una especie de interruptor que hace que se muevan los engranajes. Práctico no sé si será, la luz del sol producirá reflejos incómodos a piloto y copiloto por culpa de tanto aluminio pulido; pero lo que es indudable, es que no dejará indiferente a nadie.
Vale; el exterior impresiona, el interior impone..., ¿y el motor?; el motor intimida. Se trata de un bloque fabricado por la división AMG de Mercedes Benz, como viene siendo costumbre en todos los Pagani. Deriva directamente del motor que impulsaba en su día al Mercedes Benz SL 65 AMG Black Series de 2008, pero convenientemente actualizado.
Es un 6.0 V12 biturbo con 730cv y 1.000 Nm de par máximo situado en posición central trasera, que hace del Huayra un coche rapidísimo; 360 Km/h de velocidad máxima estimada y una aceleración de 0-100 Km/h en 3,3 segundos. Todo ello está gestionado por una caja de cambios X-Track de siete marchas, situada detrás del motor y en posición transversal, para equilibrar mejor el reparto de masas. Se trata de una caja automática convencional, porque el ahorro del peso es fundamental, y emplear una caja de cambios de doble embrague que aguantase tal cantidad de par sin destruirse, supondría un peso de más de 200 Kg extras, mientras que la X-Track tan solo pesa un poco más de 90 Kg.
El sonido es embriagador y al arrancarlo parece que te avisa que lo que ronronea detrás de tu nuca no es un lindo gatito, sino un tigre de bengala dispuesto a atacar.
A pesar de que tiene un ligero retardo en la respuesta de los turbos y que salir suavemente en un semáforo puede resultar una tarea bastante ardua y estresante; el Huayra es capaz de circular de manera relajada por la ciudad a menos de 3.000 rpm como si fuese una berlina cualquiera.
Ahora bien; si sobrepasamos ese límite y aceleramos con pasión; los turbos se despiertan y empiezan a soplar con fuerza, las marchas se suceden de manera imparable, tus pies generan fuerzas gravitacionales a su alrededor y tu espalda no se puede despegar del respaldo. La capacidad de este coche a la hora de comprimir el espacio-tiempo es asombrosa.
Se podría considerar un coche "violento" en ese aspecto, y será una de las cosas a las que no te acostumbres nunca jamás, pero que no te importará, ya que es adictivo y plenamente satisfactorio
¿Tiene algún fallo?. Prácticamente no; lo único criticable es el tacto de los frenos carbocerámicos, que se vuelven bastante "ásperos" con el uso intensivo; que la dirección asistida más apropiada es la más extrema, de entre las tres diferentes que te ofrece la marca y que para comprar uno, necesitas una hipoteca a pagar en 500 años ya que costará sobre 1.150.000 euros..., pero por lo demás está bastante bien.
Definitivamente es un coche espectacular en muchos aspectos. Es espectacular respecto a su imagen exterior, es espectacular respecto a su imagen interior, su motor es también muy espectacular. Pero realmente lo espectacular es la capacidad que tiene de ir muy rápido bajo cualquier circunstancia y cualquier carretera, con una manejabilidad envidiable, una motricidad de otro planeta y un empuje que ralla lo absurdo. Todo ello envuelto en ese halo de exclusividad, tecnología y artesanía que sólo te pueden ofrecer fabricantes minoritarios como Pagani.
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