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Volkswagen Beetle. El renacer de un mito.

Es un icono de la automoción, es uno de los coches más longevos que todavía están a la venta, es uno de los coches más vendidos de la historia, ni más ni menos que 22 millones de unidades desde 1938, movilizó a toda una generación en la Alemania de Hitler, fue la base con la que se desarrolló el primer Porsche de la historia, ha salido en películas, como secundario y como protagonista de la trama, fue el coche predilecto del movimiento hippye de los 60´s, es la base sobre la que se desarrollan los buggyes de fibra más famosos que ruedan por las playas de California, es el que más aficionados y clubes atesora en todo el mundo... es el Volkswagen Beetle, o Escarabajo, como le conocemos en los países latinos.



Este pequeño coche es todo lo anterior y muchas más cosas que me dejo en el tintero, por eso eVolkswagen no han querido que tal icono de la historia del automóvil muriese en el olvido.



En 1998 reeditaron el Escarabajo y fueron los pioneros en una moda que después copiaron en otras marcas como Mini, ahora de la mano de BMW Fiat, con su Fiat 500. La diferencia con estos dos últimos "remakes" es que en Volkswagen pagaron la novatada, ya que crearon el New Beetle demasiado femenino, limitando muchísimo sus ventas. No obstante, 100.000 unidades fabricadas en un año son una cantidad irrisoria para un coche que se comercializa a nivel global.



Viendo el éxito que atesora el Mini con versiones para todos los gustos; musculoso para los chicos y "chic" para las chicas y el Fiat 500; bastante más femenino y nombrado "Coche Gay del Año" en 2009 por una prestigiosa revista del medio, pero también con versiones más radicales como Abarth, que atraen a otro tipo de clientela, Volkswagen no se podía quedar de brazos cruzados.



En 2005 se presentó el "concept car" Ragster, que adelantaba las líneas a seguir en esta nueva generación del BeetleMás ancho, más musculoso, más amplio y sobre todo, más heterogéneo para gustar tanto a un público masculino como a un público femenino.



Respecto al New Beetle anterior, esta generación es 15,2 cm más largo, 8,4 cm más ancho y 1,2 cm más bajo. Las líneas maestras de la carrocería se mantienen, pero esa ganancia en sus cotas permiten que cuatro adultos se acomoden perfectamente en sus cuatro plazas, las dos traseras bastante centradas, todo hay que decirlo.



Los faros ahora incorporan tecnología LED, tanto en los característicos faros delanteros con luces diurnas, como en los rediseñados traseros. También cuenta con un alerón fijo posterior que favorece el agarre del eje trasero en las versiones más potentes, siendo más estético y es opcional, en las versiones con menos potencia.



En el interior se alternan plásticos blandos y duros (en su mayoría), con revestimientos de imitación a fibra de carbono, negro piano o metalizados, según acabados, con unos ajustes más que dudosos. Aceptables, pero lejos de lo que Volkswagen sabe hacer.



Los asientos delanteros ahora van más bajos y sujetan muy bien el cuerpo, lo que favorece una posición de conducción mucho más deportiva y los mandos ahora están mucho mejor integrados y situados de forma muy ergonómica. Además, sustituyen el innecesario y molesto florero por tres indicadores de la presión del turbo, la temperatura del aceite y la del agua, opcionales eso sí, al igual que la segunda guantera de apertura hacia arriba, como en los primeros Beetle (es la primera vez que oigo lo de una guantera opcional). Según acabados también podréis contar con un techo solar panorámico, arranque sin llave "keyless", sistema de navegación y sistema de audio de la marca Fender.



Los motores previstos para mover al Beetle serán de momento cinco; un 1.2 TSI con 105cv, un 1.6 TSI con 160cv y un 2.0 TSI con 200cv, todos ellos gasolina. Entre las variables diésel nos encontraremos con un 1.6 TDI de 105cv y un 2.0 TDI con 140cv. Todos podrán contar con transmisiones manuales de 6 velocidades o el delicioso cambio de doble embrague DSG con 6 o 7 relaciones.



Dinámicamente hablando, es un coche que ha ganado muchos enteros respecto a su antecesor. El rodar ahora es mucho más aplomado y ágil, gracias a una carrocería más ancha y a unas suspensiones rediseñadas y en sus versiones más enérgicas cuenta con el sistema XDS que emula a un autoblocante mecánico, además de montar un nuevo eje trasero capaz de lidiar con mecánicas más potentes.



Ahora sí que parece que los chicos de Volkswagen han dado con la fórmula maestra para competir en un mercado de nicho tan poco prolífico, pero muy especializado. Con el tiempo es previsible que comercialicen todo tipo de "gadgets" de personalización, más motores y versiones. Pero el público será el que tenga la última palabra.

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