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Volvo C30 y S60 Polestar. Los suecos se ponen a correr

Como dije en su momento, Volvo siempre se ha caracterizado por hacer coches muy bien acabados, efectivos, familiares, seguros y duraderos, pero muy aburridos y con falta de alma.


Pues bien; algún autóctono y oriundo de Suecia, que probablemente estuviera un poco chiflado, le gustaba el mundo de la competición y tenía posibilidades económicas suficientes como para crear una empresa; estaba harto de escuchar siempre lo mismo sobre una de las marcas que ha puesto a su país en el mapa del mundo de las cuatro ruedas.


Por ello, hace algunos años, creó una empresa denominada Polestar, con la única finalidad de preparar Volvo para competiciones de turismos. Pero fueron tales sus éxitos y creaciones, que en la actualidad se ha convertido en el colaborador oficial de la marca y es el encargado de fabricar los Volvo más descabellados y locos que jamás te hubieras podido imaginar; al estilo AMG o Motorsport en Mercedes Benz y BMW, pero más sorprendentes si cabe.


Su primera creación fue el Volvo C30 Concept. Como bien indica su nombre, se presento a modo de curiosidad y de concepto, pero fue tal su acogida y la insistencia por parte del gran público, que después de varias negativas la marca se decidió a comercializarlo en edición limitada, en un principio, a 350 unidades.



Utilizaba la base del Volvo C30 T5, un 2.5 con cinco cilindros y turbo, al que los especialistas de Polestar le extrajeron 405cv. El proyecto se presentaba con una estética muy racing, con un gran alerón, kit deportivo con detalles aerodinámicos funcionales, un color característico azul eléctrico y el interior tapizado casi en su totalidad con tejido Alcantara, con asientos a juego tipo buquet. Además contaba con tracción integral, diferencial autoblocante trasero, frenos sobredimensionados Brembo...


Su conducción era excelente y la entrega de potencia de su cinco cilindros era espectacular desde muy bajas vueltas. Realmente no tenía nada que ver con ningún Volvo comercializado hasta la fecha, ni siquiera desde aquel explosivo 850 T5 tan espectacular de los 00´s; simplemente, se trataba del Volvo más impresionante y deportivo fabricado hasta la fecha.


Por "solo" 60.000 euros de nada podías..., ¿qué?, ¿cómo?. Perdón me acaban de despertar del sueño. En realidad no se decidieron a comercializarlo, tan solo han enviado una partida de 250 Volvo C30 T5 normales a E.E.U.U., pero con la estética agresiva de Polestar; aunque no es lo mismo.


Pero podéis estar tranquilos; ahora el proyecto de colaboración con Polestar ha madurado bastante y han presentado a una nueva criatura celestial directamente llegada del país nórdico con mejores expectativas todavía; el S60 Polestar Concept.


Sí amigos; la berlina S60, con un diseño bastante innovador y atractivo (para tratarse de un Volvo), ha pasado por las manos expertas de este preparador sueco y se ha convertido en una "bestia parda" considerable.


Bajo su capó delantero alberga un motor 3.0 con seis cilindros en línea procedente de la versión T6, pero que con unas pequeñas reformas como una culata nueva, unas bielas forjadas un nuevo mapa del sistema de distribución y un enorme turbo Garret, ahora genera unos impresionantes 508cv y 575Nm de par máximo. Para que os hagáis una idea de lo que supone esta cifra de par en una berlina como es el S60, sólo tenéis que compararla con la de todo un Ferrari 456 Italia, que tiene 540Nm de par máximo.


Con ese curriculum de origen, es fácil adivinar que tendrá unas prestaciones extraterrenales, así pues, es capaz de alcanzar una velocidad máxima de 300 Km/h y acelerar de 0-100 Km/h en tan solo 3,9 segundos. Y lo más curioso de todo, es que los chicos de Polestar dicen que podían haber sacado más potencia y mejorado las prestaciones sin comprometer a la fiabilidad del motor.


La transmisión automática del T6 se ha visto sustituida por una manual de 6 relaciones y un manejo excepcional. También goza de las ventajas de una tracción total tipo Haldex, con un reparto de tracción de 40/60 y un diferencial trasero controlado electrónicamente.


Prácticamente podríamos ponerle unos dorsales con un número, colarnos en el campeonato alemán de turismos DTM, ganar la carrera y volver a casa con el mismo coche tranquilamente. Y no lo digo tan sólo por el impresionante motor, sino porque los reglajes del chasis, las suspensiones y la carrocería, están directamente inspiradas en el mundo de la competición.


Las vías se han ensanchado 20mm delante y 40mm detrás, la caída negativa de los neumáticos delanteros favorece el agarre, las llantas de 19" van montadas sobre unos enormes rodillos de medida 295, los amortiguadores son de tres vías y regulables, firmados por el especialista Öhlins, los brazos de la suspensión y el sub-chasis han sido convenientemente reforzados, los frenos son unos enormes discos de 380mm, mordidos por pinzas de freno de seis pistones firmados por Brembo, las aletas delanteras de fibra de carbono..., y así podríamos seguir hasta el infinito y más allá.


El único color disponible es el mismo azul eléctrico que vimos con el C30, que se torna como el color característico de Polestar en sus preparaciones. Estéticamente es también muy agresivo y acorde con sus prestaciones. Las aletas son ahora más prominentes, las puertas traseras han sido ligeramente rediseñadas junto con el aplique de unas nuevas taloneras y faldones, que le confinan una apariencia discreta (con excepción del llamativo color), pero a la vez muy deportiva.


En el interior nos encontramos con el mismo del T6 con pequeñas pinceladas racing,
 como los asientos con mayor sujeción lateral para las caderas, los pedales de aluminio con el símbolo de Polestar, algunas inserciones en fibra de carbono y algún distintivo para reconocer que estamos en una versión muy especial. Por lo demás; todo es de serie.


El coche suena a "serio" y como en todas las mecánicas con turbo y semejante potencia, se supone que será un coche que te entrega o todo o nada, pero no es así. La potencia llega desde muy bajas vueltas y si pisas el acelerador con contundencia, te pegará la espalda al respaldo inmediatamente hasta las 7.100 rpm en las que presumiblemente cortaría inyección.


La estabilidad está fuera de toda duda y 
a grandes velocidades, el coche se muestra muy aplomado e inamovible, gracias también a la aportación de la tracción total y del agarre de los enormes neumáticos.



Pero claro, como os he comentado antes, también se trata de un concept y..., ¿qué...?, ¿cuál...?, ¿a sí....?. Me ha dicho un pajarito que no, que esta vez sí que lo van ha comercializar pero para unas 50 personas o menos en todo el universo, que estén dispuestas a pagar 230.000 euros por un S60 "tuneado". Por ese dinero te compras un Mercedes Benz Clase C Coupé AMG y un BMW M5 y te sobra para tomar un par de cafés; ¿de verdad que existen personas que pagan eso por un Volvo?.


Lo que está claro es que con todos los componentes y accesorios de primera que monta, la exclusividad de que vayan a existir tan pocas unidades, la seguridad y tranquilidad que te aportan Volvo y Polestar y que además sea un coche de competición matriculable y con el que puedes viajar y disfrutar con la familia; bien merece esos 230.000 euros que piden por él.


Además no descartan el poder crear una variante más terrenal, con menos potencia y otros componentes menos exclusivos por alrededor de unos 80.000 euros, para competir de tú a tú con los RS de Audi, los AMG de Mercedes Benz o los M de BMW y hacer de Polestar el preparador en exclusiva de los Volvo más radicales a partir de ahora. ¿Apetecible no?; pues que así sea. Ojalá.

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