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Ford Kuga. Mejor en todo.

Es el TT más europeo de la marca norteamericana; directamente diseñado en Colonia (Alemania) por y para el viejo continente, aunque sea un vehículo global. Es demasiado compacto, para lo que se estila en el país de las hamburguesas y demasiado voluminoso y ostentoso para continentes como Asia o Sudamérica, que tienen una cuota de mercado potencial, pero que aún no han "despertado" del todo.


Se fabrica en España (con especificaciones europeas), en E.E.U.U. (con especificaciones norteamericanas y con el nombre de Escape) y en China (con especificaciones asiáticas). El interior se diseñó en EE.UU. y los motores se ensamblan en Gran Bretaña, así que, como os he comentado anteriormente, es un coche global; aunque la mayor incidencia en el mercado se produzca en Europa.


La primera generación, tengo que reconocer que me cautivó por el diseño moderno y lo redondeado de sus formas. En el interior nos encontrábamos con un Focus, pero obviamente más amplio y alto y dinámicamente era muy efectivo en carreteras viradas, aunque no fuese todo lo bueno que cabría esperar en el momento de salirse del asfalto.


También pecaba de tener poco maletero y, a pesar de su tamaño, tampoco era muy cómodo para viajar durante largos trayectos, ya que la suspensión era tirando a firme. Pero bien pensado; ¿quién se compra un SUV para andar por el campo?. A pesar de ello, tuvo unos muy buenos resultados de ventas, superando las 300.000 unidades vendidas desde 2008 y el mayor agrado al cliente entre todos los coches de la gama según las estadísticas.


Pues bien; el nuevo Kuga se nos presenta con un diseño más afilado y convencional y lima todas las carencias y todos los inconvenientes que nos encontrábamos en el anterior modelo. Es más grande, es más cómodo, tiene más maletero, tiene una gran carga tecnológica disponible y por supuesto; es un vehículo mucho más serio y maduro en términos generales. ¿Conseguirá superar a su antecesor en todos los aspectos?; habrá que esperar, pero realmente pinta muy bien.


Para empezar, ha crecido 8cm de longitud respecto al anterior Kuga y alcanza ahora los 4,52m, lo que redunda en una mayor habitabilidad y un maletero más grande que ahora cubica 46 litros más, llegando a los 456 litros. La boca de carga es muy amplia y está a poca distancia del suelo, para facilitarnos el trabajo lo máximo posible y además, podemos instalar un sistema que abre el portón automáticamente tan sólo con llevar la llave en el bolsillo y pasar el pie por debajo del parachoques, muy útil cuando vamos con objetos voluminosos que tengamos que sujetar con las dos manos.


En cuanto a su aspecto exterior, es un SUV como otro cualquiera, pero con acento Ford, ya que sigue las líneas generales marcadas en origen con el Focus. Tiene un frontal más poderoso y menos "regordete" que el de su antecesor; los intermitentes se sitúan en la parte baja del paragolpes, junto a las luces antiniebla y los pilotos delanteros son más "rasgados", con luces diurnas incorporadas.


La línea lateral tiene un claro toque ascendente que le aporta un cierto halo de dinamismo y la trasera viene marcada por unos enormes pilotos que se funden con los paneles laterales, un pequeño alerón superior y un protector de bajos de diferente color de la carrocería, que le da ese aire campero al vehículo.


En el interior nos encontramos con un cuadro de mandos repleto de botones, a los que nos tendremos que acostumbrar antes de ponernos en marcha. La información es mucha y en algunos casos puede resultar agobiante; botones en el volante, botones en el salpicadero, pantallas LCD, relojes..., pueden llegar a acumularnos el trabajo mientras conducimos.


Y es que la carga tecnológica que puede montar el Kuga es infinita y más propia de berlinas de representación que de un SUV americano. De serie o en opción, podemos disponer de un equipamiento excelso, y entre otras cosas, nos podremos encontrar con climatizador bizona, asientos calefactables, aviso de cambio involuntario de carril, arranque por botón, navegador, ordenador de a bordo, equipos de HI-FI de la marca Sony con mandos en el volante, limitador-regulador de la velocidad, asistente de arranque en pendientes, sistema de aparcamiento asistido, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, asistente de luces en carretera, reconocimiento de señales de tráfico, techo panorámico, tapicería de cuero, faros bixenón y pilotos traseros con tecnología LED o llantas de 17" o 18", por ejemplo.


La habitabilidad ha ganado muchos enteros gracias a sus nuevas cotas. Ahora, los pasajeros de los asientos traseros viajarán más cómodamente, ya que dispondrán de mayor altura y anchura y la postura de conducción también está muy conseguida y es más que correcta. La insonorización interior es un tema en el que los chicos de Ford se han esmerado especialmente y gracias a las nuevas soluciones, el nuevo Kuga es ahora mucho más confortable y silencioso. La distancia máxima entre los paneles de la carrocería es de 0,5 mm y han empleado más material insonorizante para el interior, así que los ruidos procedentes del motor y del roce del viento han quedado casi desterrados del habitáculo.


Los motores elegidos para propulsar a la nueva generación del Kuga son un 1.6 Ecoboost con 150cv y solo disponible con tracción delantera o con 185cv y tracción total, como las dos variantes de gasolina. En propulsores diésel podemos elegir entre un 2.0 TDCi con dos gamas de potencia; 140cv y 163cv. La menos potente solo estará disponible con tracción delantera también.


La transmisión será manual de 6 relaciones o podemos adquirir la de doble embrague Powershift también de seis marchas. La caja de cambios manual destaca por tener unos recorridos muy cortos y qué decir de la de doble embrague que no se haya dicho ya; simplemente deliciosa. Todas las mecánicas han sido optimizadas y ahora consumen entre un 5 y un 20% menos que las de la edición anterior.


Dinámicamente hablando, el nuevo Kuga es más confortable y castiga menos a sus ocupantes en viajes largos. Las suspensiones han sido suavizadas, pero eso no significa que sea un coche que se sienta incómodo en carreteras con muchas curvas. Es bastante ágil y la dirección responde instantáneamente a cualquier insinuación por nuestra parte.


Sus casi 1.700 Kg y su altura libre desde el suelo no invita a pensar que estemos hablando de un especialista en estas circunstancias, pero el coche mantiene un gran aplomo y unas buenas sensaciones al volante. Además, el conductor se sentirá más confiado si sabe que el Kuga tiene un sistema denominado "Curve Control", que sirve para evitar que volquemos por un descuido o porque realmente seamos unos auténticos "kamikazes" al volante. Cuando tomamos una curva con una velocidad excesiva el sistema actúa sobre los frenos y sobre el motor de forma automática, adecuando la velocidad a esa curva y si seguimos acelerando, es capaz de reducir la velocidad por si mismo hasta en 16 Km/h por segundo.


También monta un emulador electrónico de autoblocante, que actúa por medio del ESP en los giros rápidos y, tiene un sistema que reconoce el estado de la calzada y "lee" lo que tenemos delante de nosotros 20 veces más rápido de lo que tardamos en parpadear, para distribuir de la mejor manera posible el reparto de par entre los dos ejes y mejorar así la tracción y el comportamiento general del coche.


El nuevo Ford Kuga ha mejorado en todos los aspectos en los que fallaba su antecesor. Ahora solo falta saber como lo acoge el público y si su estética más "común" atrae al mismo tipo de clientela.


Así que si realmente te gusta y necesitas un vehículo amplio, con un gran rendimiento, dinámico y con una gran carga tecnológica; tan sólo tienes que desembolsar unos 20.000 euros, que es lo que te pedirán por la versión básica con el acabado Trend y el 1.6 Ecoboost de 150cv; aunque si adquieres el 2.0 TDCi de 163cv con el cambio Powershift, tracción total y todo el equipamiento disponible; probablemente superes los 33.000 euros en la factura final. Aunque yo sería el que me compraría.

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