Kia Carens. ¿La hora del cambio?
Echamos un vistazo al nuevo Kia Carens y recalco otra vez lo de nuevo porque tiene bastante que ver con el anterior. De hecho he tenido que mirarlo dos veces y cerciorarme que se trataba del monovolumen de la marca coreana y no de otro modelo.
El completo rediseño del coche lo hace, además de una opción muy recomendable por precio, también por imagen. Reconozcámoslo; antes sabías que comprabas un buen monovolumen a buen precio, pero relativamente feo (como la mayoría de los vehículos de esta categoría hasta hace bien poco). Quizá también hemos perdido ese rasgo diferenciador en el segmento que hace que casi todos los coches que lo componen compartan demasiadas líneas.
Ahora estamos hablando de lenguajes de diseño y cada marca intentan que cada uno de sus vehículos tengan una estética similar y unos mismos rasgos, lo cual, es de agradecer y hacen así más personales sus coches.
El Carens tiene una imagen muy dinámica, para ser un coche orientado a las familias y se me antoja un rival muy serio para todo un Ford C-Max (aunque por efectividad y chasis esté a años luz). El frontal destaca por sus faros afilados con luces diurnas incorporadas y la parrilla con esa forma original que distingue a todos los modelos de la marca desde hace poco, muy al estilo del nuevo Kia Cee´d, que al fin y al cabo es del coche del que deriva.
La zaga, es muy atractiva y un poco más redondeada de formas, con un gran portón del maletero y bastante poca altura desde el suelo para hacer más fácil el acceso y la carga de objetos voluminosos y pesados. Tiene pequeños detalles que lo hacen un poco más deportivo, visualmente hablando, como una línea de tensión por el lateral que le aporta un toque personal o el pequeño alerón posterior que gustará a los padres jóvenes que no quieren perder todavía parte de su carácter "rebelde", además de la línea de cintura ascendente desde delante hacia atrás.
Estamos hablando de una opción muy barata de entrada en este segmento, junto con el Dacia Lodgy, desde unos 14.500 euros en función de las promociones/descuentos existentes, lo cual nos deja a este coche como una opción más que interesante, habida cuenta de todo lo que nos ofrece y que el Dacia no podría ni siquiera soñar. Pero estamos hablando de dos conceptos diferentes. El Lodgy es un monovolumen "low cost" y el Carens se está "peleando" con lo más granado del segmento, tanto por motores, ajustes, equipamientos y por supuesto; acabados.
Hay que tener en cuenta que la aerodinámica en este segmento no es lo que prima y si a esto le sumamos el peso del vehículo 1.500 kg, nuestras recomendaciones son los motores de gasolina 1.6 GDi de 135 CV y el diésel 1.7 CRDi de 136 CV.
El interior es, como cabe esperar, muy espacioso y todos los pasajeros, incluido el del asiento trasero central, gozan de un “espacio vital” más que suficiente para viajes de cualquier tipo. Otro cantar es si nos vamos a la opción de sumar 700 euros y poner los dos asientos opcionales traseros.
Los asientos supletorios se pliegan con facilidad y dejan un espacio de carga totalmente plano, y si necesitamos hacer la mudanza y plegamos el resto de los asientos; nos encontramos con un gran espacio diáfano de 1.650 litros.
Nuestra recomendación en este aspecto es clara. Con 5 plazas y un maletero de 492 litros; es más que suficiente, salvo que seamos encargados de desplazar equipos deportivos infantiles a diferentes eventos, pero en mi modesta opinión; cuantos menos niños entren, más tranquilo será el viaje.
El cuadro de mandos es claro y conciso y en las versiones sin navegador, podríamos decir que hasta soso, ya que se nos queda una pantalla monocromo que pertenece a la radio. Opcionalmente se puede optar por una pantalla táctil LCD de 4,2", o bien, por una de 7" desde donde podemos acceder al menú del navegador o del equipo de sonido. Es bastante básica y cualquiera puede comprender el funcionamiento en un par de "lecciones", pero ofrece una buena calidad de imagen.
La postura de conducción, como en la de cualquier monovolumen; es elevada y con un gran campo de visión. Para mi gusto, se aglutinan muchos mandos en el volante y hay que acostumbrarse a ellos antes de emprender un viaje y así no tener que apartar la vista de la carretera más de lo necesario, pero en fin; se lían, se lían. Los materiales son en su mayoría plásticos rígidos y de un tacto un poco tosco en algunas zonas, pero muy duraderos y con unos muy buenos ajustes.
El Carens puede tener elementos de equipamiento, según versiones, como cámara de visión trasera para facilitar las maniobras, control de velocidad de crucero, climatizador bizona, techo panorámico, acceso y arranque sin llave, una pantalla táctil de 4,3" en la consola para el equipo de sonido y ordenador de a bordo, volante multifunción, llantas de hasta 17", sensor de luces y lluvia, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, asistente de cambio involuntario de carril, navegador con pantalla táctil de 7", asientos calefactados, techo panorámico y tapicería mixta de cuero y tela, entre otros.
Sobre la conducción podemos decir que peca de los estereotipos del segmento por tamaño y altura, las suspensiones buscan más la comodidad que el estar pegado a la carretera como es lógico, aunque un toque un poco más "durito" de esa amortiguación no hubiera venido nada mal.
No obstante; no tenemos de qué preocuparnos en una conducción ligera, ya que la carrocería no balancea en exceso y podemos circular a buen ritmo sin temor a volcar en un despiste. Y por si lo dicho anteriormente os quita el sueño, tengamos en cuenta que el Kia Carens ha logrado las 5 estrellas EURONCAP, lo cual es una garantía más que suficiente para viajar tranquilamente con toda la prole.
No nos olvidemos, que Kia también ofrece 7 años de garantía en todos los modelos de su gama, lo cual también nos da la tranquilidad de que si ellos están tan seguros de sus productos... ¿por qué no lo vamos a estar nosotros?.
En resumen; el nuevo Kia Carens es una gran opción por precio y diseño, en un segmento en el que las ventas han ido poco a poco "in crescendo" y todas las marcas presentan una batalla encarnizada para conseguir la mayor parte de ese pastel.
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