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Mercedes Benz SLR "Stirling Moss". Regresión moderna

Stirling Moss es un piloto de carreras que nació en 1929 y al que se le apodó como el eterno segundón o el campeón sin corona. Tenía unas dotes increíbles de conducción, pero por vicisitudes de la vida, nunca llegó a coronarse como campeón del mundo de F1. Su mala fortuna le hizo coincidir en el mismo espacio-tiempo con Juan Manuel Fangio y, mientras el argentino cosechaba todos los campeonatos, Stirling Moss ganaba los subcampeonatos.


Ganó en pruebas muy importantes, como el campeonato mundial de turismos, la Targa Florio o la Mille Miglia. Pero siempre le quedará esa espina clavada de no ganar en la categoría reina. Precisamente fue en la Mille Miglia donde, Sir Stirling Moss, ostenta el récord de la prueba recorriendo la distancia en 10 horas, 7 minutos y 48 segundos, con una media de velocidad de 158 Km/h y pilotando un Mercedes 300 SLR de 1955, derivado directamente del 300 SL "Guldwing" o, como le conocemos popularmente, "alas de gaviota".


Le habían desprovisto del techo y el parabrisas, le habían "incrustado" un motor de ocho cilindros de casi 3.000cc con una potencia de 300cv y era capaz de alcanzar los 290 Km/h de velocidad punta.


Pues bien; en el salón de Detroit de 2009, Mercedes Benz tenía una sorpresa preparada para todos los visitantes de su stand. El producto estrella era la presentación de su recién renovado Clase E, pero por lo visto, el plato fuerte estaba cubierto por una lona. Su silueta hacía pensar a los visitantes que era como una especie de embarcación ligera de recreo o algo por el estilo. Pero cuando lo despojaron de aquella sábana, todos los presentes se quedaron con la boca abierta.


Es un SLR, pero, ¿dónde está el techo?, ¿y el parabrisas?. Efectivamente; en Mercedes Benz se habían vuelto locos y pensaron en fabricar una serie limitada a 75 unidades del SLR en su versión Stirling Moss, siguiendo las pautas de aquel coche victorioso de la década de los 50´s, con toda la tecnología disponible en este momento y con un precio desorbitado de 1.000.000 de euros, aproximadamente.


Partieron de la base de un SLR Roadster, aunque le introdujeron unas mejoras muy importantes, con la única misión de hacerlo adelgazar unos 200 Kg. Llaman poderosamente la atención sus medidas, ya que es más grande, más ancho y más bajo que el coche del que deriva.


El chasis original de aluminio y fibra de carbono ha sido sustituido por uno fabricado solamente con fibra de carbono. Eso, junto con la falta de techo y del parabrisas, hacen que sea concretamente, 199 Kg más liviano que el SLR Roadster.


Su carrocería, que parece esculpida de la propia mano del dios del viento, tiene una aerodinámica ejemplar y la marca promete que el coche es muy controlable a altas velocidades, gracias también al carenado de los bajos del coche y al alerón desplegable que lo mantiene pegado al asfalto.


Y falta les hace a sus afortunados propietarios, ya que monta el motor más enérgico que tenían en la marca; un 5.4 V8 con compresor, que genera una potencia de 650cv. Teniendo en cuenta que estamos hablando de un coche tan ligero, las prestaciones que ofrece son de una auténtica bala de cañón recién disparada; 3,5 seg en pasar de 0-100 Km/h y 350 Km/h de velocidad punta. Lástima que no cuente con una transmisión ultra moderna y ultra rápida de doble embrague, muchas marchas y levas detrás del volante. En su lugar, sólo tiene una vetusta caja automática de 5 relaciones.


El interior es de lo más exclusivo, con aluminio pulido de verdad por todo el habitáculo, incluida en una placa situada al lado de la palanca de cambios con la firma de Stirling Moss y fibra de carbono por todos los guarnecidos, incluido en los asientos, que a su vez, están tapizados con una tela a cuadros similar a la que utilizaba el 300 SLR, pero tratada para soportar las inclemencias del tiempo a la intemperie.


Si te pilla una tormenta de verano, existen dos arcaicas capotas para cubrir el habitáculo en el diminuto maletero. Pero entre que te bajas del coche, sacas las capotas y las intentas colocar; la tormenta se ha ido y tú estarás empapado, así que busca un buen puente para cubrirte. Además, si tenéis la oportunidad de conducir uno alguna vez, llevad unas gafas protectoras y no se os ocurra abrir la boca, porque os tragaréis toda clase de fauna insectívora. Creo también que, a pesar de contar con barras anti-vuelco, es necesario conducirlo con casco. Por lo menos en España.


Es un coche espectacular, muy exclusivo y fabricado, casi por defecto, para coleccionistas aficionados a la marca y muy adinerados.


Después de esta creación, las relaciones entre Mercedes Benz y McLaren se rompieron definitivamente. A partir de entonces, la marca inglesa fabrica sus propios coches bajo la batuta del conocidísimo Ron Denis y cuya primera creación propia ha sido el McLaren MP4-12C.

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