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Rolls Royce Wraith. Un coupé de lujo

Hoy nos enfrentamos a un imponente coche que por tamaño, prestaciones y acabados, el 99% de los mortales no sabríamos qué hacer con él, ni dónde guardarlo, ni dónde correr (yo no me atrevería, si no es en una pista de despegue), ni donde ir a limpiarlo; aunque creo que eso no será mucho problema para cualquiera que posea uno. Es el Rolls Royce Wraith.



Se engloba en un segmento en el que considero que hay una especie de competición extraña entre las características mecánicas (630 CV), las innovaciones tecnológicas (transmisión asistida por satélite) y las posibilidades de personalización infinitas. Y se podría decir que dos son las marcas que abarcan el 100% de las ventas de ese segmento; Rolls Royce y Bentley. Antes eran dos firmas hermanadas, con diseños similares, mismas mecánicas y que se mantenían unas pequeñas diferencias; Rolls Royce era la firma más lujosa y Bentley la más dinámica, aunque ambas tenían al lujo como común denominador.


Hoy en día esto no ha cambiado; pero ahora Rolls Royce pertenece al Grupo BMW y Bentley al Grupo Volkswagen. Rolls Royce sigue con el lujo extremo como seña de identidad y Bentley sigue con su efectividad en carretera. Ambos son muy exclusivos; pero el Rolls Royce que nos ocupa lo es aun más. Con sus 345.000 euros de precio base y, en función de las opciones, podemos doblarlo. Estamos hablando de un coche para un grupo muy determinado y cerrado de usuarios.


Empecemos por hablar de lo primero que se ve siempre y que en este caso llama, y mucho, la atención; el exterior. Con unas dimensiones de 5,2 m de largo por 1,94 m de ancho estamos hablando de un coche enorme, de acabado tipo "fastback" y que, a pesar de los muchos esfuerzos realizados por el departamento de diseño, imposibilita la imagen de coupé “ligero” y grácil. Aun así; es el Rolls Royce más "pequeño" que sale de la factoría de Goodwood.


Sus líneas son de un Rolls Royce “clásico” hasta el final de la puerta y a partir de ahí, buscan una aerodinámica más deportiva con un techo descendiendo hasta el final de la zaga suavemente, lo que da un aspecto más coupé. Aunque, no nos engañemos; este coche tiene cuatro plazas “reales” (y con reales me refiero a que son dignas de la mismísima familia real) sin perder espacio para la comodidad de los ocupantes de sus dos plazas traseras como pasaría en otros modelos de similar diseño, pero de menor tamaño. No obstante; su plataforma es la misma que la del su hermano el Rolls Royce Ghost, solo que con una menor distancia entre ejes y una vía trasera ensanchada, además de una menor altura libre al suelo.


Como aspecto a destacar y característico de la marca; tenemos las puertas de apertura inversa o apertura suicida, las cuales facilitan el acceso a las plazas posteriores y le dan un aspecto diferente dentro de su categoría, además se cierran automáticamente (no se vaya a herniar cualquiera de sus ocupantes).


La enorme parrilla frontal en la que podríamos hacernos una buena merienda a base de costilla, chorizos y morcillas, coronada por el "Espíritu del Éxtasis" retráctil
; es también uno de los signos inequívocos de que estamos ante un miembro automovilístico muy especial y con una tradición que tan solo unos pocos han sabido mantener con el paso de los años.


Fabricado en monocasco de acero y con un peso de 2.400 Kg en vacío, hablamos de un peso pesado que de ninguna manera nos haría pensar en una velocidad máxima limitada (sí he escrito limitada) de 250 Km/h y un tiempo en pasar de 0 a 100 Km/h de sólo 4,6 segundos.


Sí, habéis acertado, debajo del capó hay más caballos que en Ascott en día de carreras. 624 CV a través de un V12 biturbo de 6,6 litros que, como habréis imaginado, no es demasiado frugal en sus consumos. Pero teniendo este coche quién se va ha preocupar por su consumo de 21 litros en ciudad y unos más que sorprendentes... ¿10 en carretera?.


Para hablar del interior la mejor definición es el lujo y las posibilidades de personalización son infinitas; desde los tipos de madera, los colores del cuero que forra todo el habitáculo (incluido el techo), colores y tipo de las puntadas del cuero, posibilidad de bordados propios, placas con nuestro nombre, alfombrillas de auténtica lana de oveja y hasta 1.340 terminaciones de fibra óptica en el techo que simulan un cielo estrellado.


Dentro del también abultado apartado tecnológico destaca el SAT o Transmisión Asistida por Satélite. La tecnología consiste en que a través de nuestro GPS el coche decide y cambia la marcha para adaptarla al entorno que nos vamos a encontrar. Por ejemplo, vamos por una carretera y unos metros nuestro GPS le indica al coche que comienza un pequeño puerto o una zona de curvas, automáticamente el coche ajusta la marcha para que la potencia se ajuste a las necesidades del trazado y no notéis variación en el rendimiento.


Por supuesto contaremos con cámaras para tener una panorámica de 360º del vehículo, sistemas de infrarrojos para mantener distancias de seguridad, visión nocturnas y un sinfín de opciones para aumentar la seguridad.


En el apartado multimedia, vamos ha tener navegación asistida por voz, el más que famoso asistente de a bordo de Rolls Royce, aplicación para el móvil, sistema multimedia con 1.500 W de sonido y 20,5 Gigas de disco duro para llevar vuestros contenidos favoritos, conexión de dispositivos multimedia externos (por si no te cabe algo en los 20,5 Gigas), manos libres para dos teléfonos simultáneos y otra retahíla de extras que sólo para enumerarlos necesitaríamos un par de hojas más.


Podríamos estar desglosando todas las características de este coche y no acabaríamos nunca porque como ya dije al principio de este artículo considero que este tipo de coches son una acumulación sorprendente de cifras, tecnologías y por supuesto, de dinero al alcance de muy pocas personas.


Dinámicamente hablando; el Wraith permite tanto una conducción sosegada, como una conducción "deportiva", ya que a pesar de su envergadura y de sus más de dos toneladas y media; se desenvuelve con mucha naturalidad sobre cualquier tipo de firme y en cualquier tipo de carreteras, ya que el esquema de suspensiones no permite que el coche "cabeceé" en exceso. Pero ojo con las frenadas, y sobre todo; sobre suelo mojado, ya que aunque los frenos sean más que potentes; hay que detener mucho peso.


En ciudad, qué os voy a decir; es como llevar un camión de reparto precioso y muy caro, pero muy complicado de aparcar y de moverse entre el atestado tráfico de las grandes urbes.


La búsqueda de Rolls Royce de un público más joven que prefiere sentir la carretera y disfrutar de la conducción en vez de ser llevado de un lado a otro es lo que da sentido a un coche como éste.


Una imagen clásica pero a la vez agresiva, de manejo suave pero con una potencia y una dinámica excelente cuando se le exige; nos hace esbozar una de esas sonrisas de satisfacción por lo bien hecho que está este coche.


Lujo, comodidad, estilo y potencia todo en uno; sería la mejor definición.

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