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Tauro V8 Spider. "Spanish Power"

Menos mal que todavía quedan personas valientes en el mundo y que hay gente con los "bemoles" suficientes para crear de la nada una empresa de automóviles, con la que está cayendo. Ahí está la pasión por el mundo del motor de un hombre vallisoletano llamado Pedro J. Santos y el sueño que ya en su día tuvieron hombres como Ferruccio Lamborghini o Enzo Ferrari o el sueco Von Koenisegg en la actualidad.


Tauro es el primer vehículo creado por este visionario español, rebotado del mundo de la informática, junto con un pequeño fabricante británico. Desconozco si su nombre se debe a su ascendencia astrológica o bien lo ha elegido como símbolo de fuerza y bravura representado por el animal más autóctono de nuestro país. El caso es que pretende entrar con fuerza en un nicho de mercado muy concreto y, a la vez, muy disputado, donde coches como el Porsche 911 siempre dan un golpe autoritario sobre la mesa.


Se trata de un roadster biplaza con una apariencia muy musculada en todos sus ángulos. Es curioso que su base sea la de un simple Pontiac Solstice, un vehículo que no tuvo ninguna incidencia en nuestro mercado y que también utilizó el poco exitoso Opel GT de última generación.


Sobre ese chasis se ha montado una carrocería original diseñada por Christopher Reitz, que es el ex-jefe de diseño de Alfa Romeo.


El frontal me recuerda mucho al recién estrenado Jaguar F-Type, con unas nervaduras sobre el capó delantero muy atractivas. La línea lateral es la que debería tener cualquier coche deportivo de configuración clásica. Destacan las llantas de 19" delante y 20" detrás además de unas branquias laterales para disipar parte del calor del motor y tiene una trasera ancha en la que toman protagonismo sus perfiladas formas, su doble salida de escape y sus dos faros redondos (¿os recuerda a los que lleva un tal Alfa Romeo MiTo?) que le aportan ese aire de coche "gordo", que es en realidad lo que quiere transmitir.


De hecho; la idea principal en la que se fundamenta este coche es la de parecerse a lo que en su día consiguió Carroll Shelby con el Cobra al fusionar un chasis del AC Ace inglés con un motor V8 de Ford.


La estructura principal es la de cualquier modelo de GM con ese bastidor, con las puertas, parabrisas, la tapa del maletero y el sistema de la capota de accionamiento manual. El resto de la carrocería está fabricada en fibra de vidrio reforzada con Kevlar y el capó delantero es de fibra de carbono, material con el que se puede encargar la construcción de toda la carrocería si así lo deseamos, y queremos pagarlo.  


En este caso el motor también procede de GM y se trata de un 6.2 V8 que genera unos 440Cv de potencia. Es suministrado por Chevrolet Performance Parts que también se encarga de vender propulsores a miles de aficionados a las carreras de cuarto de milla y aficionados a los Hot Rods. Bajo petición se podrá adquirir un kit de potencia que, modificando los árboles de levas y la admisión, pueden alcanzar los 480cv o los 530cv.


Teóricamente puede alcanzar los 310 Km/h de velocidad punta y fulminar el 0-100 Km/h en unos 4 segundos, lo que le coloca como uno de los mejores. La transmisión puede ser manual o automática, con levas detrás del volante o no, ambas con seis relaciones y ambas de procedencia americana, que transmiten la fuerza a las ruedas traseras..


Las suspensiones son de propio desarrollo y lleva dobles trapecios delante y detrás con sendas barras estabilizadoras y un diferencial autoblocante, que le permite lidiar con semejante potencia. El reparto de masas se queda así en un equilibrado 53% en el eje delantero y un 47% en el trasero.


El interior es básicamente el de un Pontiac Solstice, pero convenientemente tapizado en cuero y con una palanca de cambios específica y más corta. Tienen previsto montar una consola nueva y de diseño original, pero de momento, las 30 primeras unidades del Tauro se entregarán con esta configuración.


En cuanto a las sensaciones dinámicas, les queda mucho por probar y mucho por pulir ya que todavía es un coche en fase de desarrollo y hay cosas que no funcionan como deberían de hacerlo en el coche de serie final. Pero con ese gran motor, el chasis totalmente reestructurado y esa imponente presencia; al Tauro no le faltarán alicientes para medirse con los mejores del segmento.


Los 100.000 euros de factura no me parecen tan descabellados para un deportivo único y con carácter que, además, se puede configurar bajo nuestras peticiones (tanto con carrocería abierta como cerrada) y encima es sumamente original y exclusivo.


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