Toma de contacto: Toyota Verso 115D Advance
Hace ya bastante tiempo que vivimos el boom de los monovolúmenes. Hasta que Renault se sacó de la manga el Scénic, los monovolúmenes no dejaban de ser, básicamente, furgonetas compactas con asientos y acristaladas. El monovolumen compacto llegó, vio y venció. Casi todas las marcas adoptaron y adaptaron la idea (BMW acaba de hacerlo y Audi se resiste cual aldea gala). Durante la última década y pico el segmento ha evolucionado hasta el punto de ofrecer "minivolumenes" y no sólo resiste el empuje de los SUV, sino que conviven perfectamente y cada vez hay más dónde elegir.
Aquí es donde encaja este Toyota Verso, que es la actualización del modelo que se vende desde 2009. Este monovolumen compacto nació en 2002 como apellido furgonetil de la gama Corolla, pero en esta su tercera generación, acabó poniéndose su nombre por montera y ahora cabalga en solitario.
Como ya he comentado, exteriormente el nuevo Verso adopta un nuevo frontal, prácticamente calcado del Auris. La verdad es que el aspecto queda genial, “aligera” la estética y resulta incluso agresivo. Los retrovisores exteriores también son nuevos.
Así pues, esta combinación de frontal, color y el diseño de la trasera hacen que el Verso resulte compacto y dinámico.
En el interior no hay cambios apreciables respecto a la versión de 2009. El diseño es el mismo, con la instrumentación centrada y orientada al conductor. La consola está presidida por la pantalla del sistema multimedia Toyota Touch 2&Go y la palanca de cambios, que emerge del salpicadero.
Tuve la oportunidad de probar las plazas de la tercera fila, sabiendo de antemano que no son precisamente aptas para adultos, y menos tan patilargos como yo. Obviamente, el resultado fue el esperado; respaldo corto que no abarcaba mi espalda, reposacabezas incrustado entre los omoplatos, piernas requeteencogidas y ejercicios de contorsionismo para entrar y salir.
Este motor de 1598 cm3 ofrece una potencia de 111 CV a 4000 rpm, 270 Nm entre 1750 y 2250 rpm y un consumo medio homologado de 4,5 l/100 km.
Una vez en marcha, el motor apenas suena si no se acelera con contundencia, y el vehículo se mueve con soltura. El recorrido de prueba se hizo con el conductor y dos ocupantes y la respuesta en conducción urbana es satisfactoria.
La dirección ofrece buen tacto, aunque filtra bastante lo que sucede bajo el eje delantero. Aún así es agradable, la asistencia es notable en maniobras en parado y se maneja de manera ágil. De la misma manera los pedales tienen un tacto adecuado, se coge fácil el "tranquillo". La palanca de cambios queda en una posición muy cómoda y el manejo es muy satisfactorio.
Las suspensiones contienen el balanceo de la carrocería, si bien al enfrentarse a baches puede resultar seca, aunque esto no se aprecie en el volante.
Si te lo sirven en tantos sabores, creo que con toda seguridad encontrarás un Verso que rime contigo.
Aquí es donde encaja este Toyota Verso, que es la actualización del modelo que se vende desde 2009. Este monovolumen compacto nació en 2002 como apellido furgonetil de la gama Corolla, pero en esta su tercera generación, acabó poniéndose su nombre por montera y ahora cabalga en solitario.
Las novedades introducidas con la versión 2014 son quirúrgicas y precisas. El frontal se renueva totalmente adoptando la estética actual de la marca, si bien en la trasera no encontramos cambios apreciables. El interior tampoco aporta grandes novedades en el campo estético, salvo pequeñas mejoras en materiales, acabados y equipamiento.
La unidad de pruebas se trataba de una versión 115D, con 7 plazas, techo solar, llantas de 17” y en color bronce, nuevo en la gama. De hecho fue una versión muy acertada, pues aunaba prácticamente todas las novedades introducidas en el nuevo Verso.
Como ya he comentado, exteriormente el nuevo Verso adopta un nuevo frontal, prácticamente calcado del Auris. La verdad es que el aspecto queda genial, “aligera” la estética y resulta incluso agresivo. Los retrovisores exteriores también son nuevos.
El nuevo color bronce metalizado también es otro acierto, pues resulta peculiar y diferente, además de casar a la perfección con las llantas de 17” pintadas en un tono muy parecido.
Así pues, esta combinación de frontal, color y el diseño de la trasera hacen que el Verso resulte compacto y dinámico.
En el interior no hay cambios apreciables respecto a la versión de 2009. El diseño es el mismo, con la instrumentación centrada y orientada al conductor. La consola está presidida por la pantalla del sistema multimedia Toyota Touch 2&Go y la palanca de cambios, que emerge del salpicadero.
Los asientos de la segunda fila son independientes, el central algo más pequeño que los otros dos. Para mi gusto y medidas antropométricas resultaron un poco pequeños y estrechos. Con el techo solar panorámico tuve sentimientos encontrados; desde las plazas delanteras apenas lo aprecias, en la segunda fila lo disfrutas en toda su plenitud, pero a cambio se pierden unos centímetros en altura libre que para mi 1,90 m acaban resultando imprescindibles para no rozar con el guarnecido, por lo tanto casi todo el mundo viajará cómodamente y sin estrecheces en las plazas traseras.
Tuve la oportunidad de probar las plazas de la tercera fila, sabiendo de antemano que no son precisamente aptas para adultos, y menos tan patilargos como yo. Obviamente, el resultado fue el esperado; respaldo corto que no abarcaba mi espalda, reposacabezas incrustado entre los omoplatos, piernas requeteencogidas y ejercicios de contorsionismo para entrar y salir.
Eso sí, para niños o personas de estatura más contenida, está todo muy bien pensado, pues la segunda fila de asientos se puede desplazar longitudinalmente 20 cm y el respaldo es abatible. Además, en configuración de 5 plazas, la tercera fila queda totalmente oculta y enrasada con el piso del maletero, ofreciendo una amplia superficie plana. Como colofón, el proceso para desplegar o replegar dichos asientos es sencillo a más no poder, pues no hay más que tirar de una correa.
En configuración de 5 plazas el maletero ofrece un amplio espacio de carga y un volumen de 440 l (hasta la bandeja), que se queda corto frente a modelos de la competencia, dentro y fuera de su segmento. Bajo el piso del maletero se encuentra un voluminoso hueco en el que encontramos el kit de reparación de pinchazos y espacio de sobra para dejar ahí esos cachivaches que acaban rodando de lado a lado cuando no disponemos de estos prácticos huecos.
Si abatimos la segunda y tercera fila de asientos nos queda una superficie totalmente plana
y un volumen de 1700 l.
y un volumen de 1700 l.
Antes de poner en marcha el motor, he de comentar lo que es la gran novedad que trae el Verso. Se trata del motor que anima a esta versión 115D. Hablamos de un 1.6 diésel de BMW, que es semejante al que encontramos en algunas versiones de la Serie 1, en próximas motorizaciones de la Serie 2 Active Tourer y en los Mini.
Este motor de 1598 cm3 ofrece una potencia de 111 CV a 4000 rpm, 270 Nm entre 1750 y 2250 rpm y un consumo medio homologado de 4,5 l/100 km.
Bueno, a lo que vamos. La entrada al puesto del conductor es cómoda gracias a la posición elevada, y encontrar el reglaje adecuado también es sencillo. Quiero destacar los acertados retrovisores exteriores, pues son grandes y ofrecen una visibilidad excelente, además de no hacer ningún ruido aerodinámico apreciable.
El interior resulta muy acorde a lo habitual en la marca y en los modelos japoneses en general. Buenos materiales, de aspecto duradero, diseño sin estridencias aunque un poco soso. A primera vista se echa en falta que aprovechen la superficie del salpicadero para huecos con tapa extras, al fin y al cabo es algo típico de este tipo de vehículos.
La instrumentación resulta muy cómoda de leer, tanto por posición como por la tonalidad de la iluminación, muy nítida. Esto es al menos en lo que respecta a los diales de rpm y velocidad. A la izquierda de ellos encontramos un pequeño indicador de cambio óptimo de marcha, que no se ve todo lo bien que debería y no se aprecia al primer vistazo. De la misma manera, la pantalla del ordenador de a bordo queda alejada de la vista y hay que “esforzarse” para leer la información que nos ofrece.
Una vez en marcha, el motor apenas suena si no se acelera con contundencia, y el vehículo se mueve con soltura. El recorrido de prueba se hizo con el conductor y dos ocupantes y la respuesta en conducción urbana es satisfactoria.
El Verso dispone de hill-assist y Start&Stop de serie. El funcionamiento de este último da la impresión de que es un poco perezoso a la hora de encender el motor al reanudar la marcha. La unidad de pruebas disponía de cámara de visión trasera, que puede resultar útil en maniobras de aparcamiento, pero la pantalla del equipo Touch 2&Go es demasiado sensible a los reflejos y durante la mayor parte de la prueba era completamente ilegible.
Es mi opinión personal, pero este tipo de pantallas deberían ir siempre en lo alto del salpicadero y cubiertas bajo una visera, de esta manera estarían en una posición que exija desviar menos la mirada y a salvo de incómodos reflejos. Encastrarlas en medio de la consola será muy cómodo para la tontería de la pantalla táctil, pero siempre será más seguro un mando externo intuitivo y con buen tacto y un manejo que no nos despiste de lo importante: circular.
Por lo demás, el Touch 2&Go aglutina el control del equipo de sonido, navegador, cámara de visión trasera, diversas aplicaciones e incluso acceso a Internet. Tiene incluso un modo “vaso de agua” que evalúa tanto la eficiencia de la conducción así como la finura o brusquedad del conductor.
A velocidad estable y con tráfico ligero, el Verso llanea con soltura. El sonido del motor apenas se cuela en el habitáculo, el ruido aerodinámico nulo y casi sólo se cuela el ruido de rodadura de los neumáticos, lo que facilita una conducción relajada. No obstante, el desarrollo de la 6ª marcha está enfocado principalmente a reducir consumos y frente a determinadas situaciones se hace necesario bajar una o dos marchas, incluso poco cargado.
Las suspensiones contienen el balanceo de la carrocería, si bien al enfrentarse a baches puede resultar seca, aunque esto no se aprecie en el volante.
Respecto al motor, ofrece una respuesta adecuada y el coche se mueve correctamente para su peso y volumen. Sin embargo para ciertos usuarios puede quedarse corto en cuanto a respuesta, pues la reacción al acelerador no es precisamente enérgica.
Este Verso actualizado se pone al día frente a la competencia en cuanto a estética, ofrece un acertado equipamiento tecnológico e incluye una nueva motorización con la que atraer nueva clientela.
Con este motor 1.6 del 115D el Verso es un perfecto aliado para desplazamientos urbanos y periurbanos, pues el funcionamiento es más que correcto y el consumo real puede ser fácilmente de unos 5-5,5 l/100 km.
En mi opinión, para viajes largos y con las plazas y el maletero ocupados, se va a quedar corto por la respuesta del motor y el desarrollo de las marchas largas. En vías rápidas todavía puede defenderse, pero en carreteras convencionales se puede ver comprometido frente a adelantamientos apurados.
Para estos casos, y para aquellos que tengan el pie derecho pesado, Toyota nos ofrece las motorizaciones 150D (150 CV) y 180D (177 CV, repito, ¡¡¡177 CV!!!) de gasóleo y las 130 (132 CV) y 140 (147 CV) de gasolina.
Datos técnicos:
Motor: 1.6 D
Potencia: 111cv
Vel Máx: 180 Km/h
Acel 0-100: 12,7 seg
Cons: 4,5 l/100 Km
Precio: Desde 21.850 euros (versión probada)
Obviamente, la mayoría de las fotografías no corresponden al vehículo de la prueba por un motivo informático, pero sirven de muestra para que os hagáis una idea de la unidad que pasó por nuestras manos.
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