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!Y el sueño se cumplió!

!Menuda semana la pasada!. Después de varias tentativas, muchos contactos, hablar con varios amig@s, conocidos, familiares..., nadie; absolutamente nadie, quiso o pudo acompañarme al evento que organizaba Peugeot España y Motorpress Ibérica en el circuito de Castellolí.

Quise anular la cita y que mi puesto lo ocupara otro afortunado; pero consideré que era demasiado tarde. ¿Qué hago?. ¿Me voy a perder una oportunidad así?. ¿Cuántas veces más podré "pilotar" en un circuito?. Nada, nada..., decidido; me voy para allá.

Me esperan algo más de 540 Km y unas 5 horas de viaje según mi navegador, así que con paciencia; salgo a las 5 a.m por si me surge algún imprevisto y no me da tiempo a llegar a las 12:15 a.m, que era cuando tenía la cita.


El viaje no fue tan pesado como pensaba que sería y a las 10:30 estaba en las inmediaciones del circuito. Como era temprano, me acerqué a tomar un café al pueblo para estar totalmente despejado y así disfrutar al 100%, que al fin y al cabo, era lo que había venido a hacer aquí. En la cafetería, entablé una conversación con un aficionado de Figueras y conocedor también del mundo del automóvil y las carreras y con el que mantuve largas charlas relacionadas hasta la hora del evento. Casualmente; también era uno de los afortunados y estaba dentro de mi grupo, así que prácticamente, no nos despegamos durante toda la mañana.


Al entrar en el circuito; lo primero que vi fue una pista corta de "handling" con innumerables conos repartidos estratégicamente para simular una especie de puerto de montaña, varios tramos pintados en blanco en donde se comprobaban las virtudes del ESP y el ABS y donde se aprendía a controlar situaciones de riesgo en asfalto húmedo o hielo.


No fastidies que me he "comido" más de 500 Km solo para esto. Esto lo hago yo con mi coche en mi ciudad todos los inviernos cuando nieva, y juraría que por lo que había visto, el circuito era otro y más grande. De repente; escuché unos cuantos motores a pleno rendimiento y chirridos de ruedas. Vale; esto ya pinta mejor.


Una persona de la organización me indicó donde estaba la carpa donde nos iban a proporcionar las acreditaciones y por el camino; vi pasar bajo mis pies a una caravana de 208 GTI a toda velocidad, capitaneados por un instructor en un 508. Esto ya es otra cosa; volvía a sonreír.

Una vez acreditado y mientras esperaba mi turno; me puse a curiosear y a montarme en todos los modelos que componen la gama Peugeot y que se encontraban allí expuestos; el 208, el 508, el 5008, el 3008, el RCZ...


Después me acerqué a una de las carpas donde ofrecían un refrigerio y en el centro; se encontraba una maravilla de color cereza (Rojo Eritrea, como lo denomina la marca); un RCZ-R.


Ha sido puesto a punto por Peugeot Sport y tiene un motor 1.6 de origen BMW que han potenciado hasta unos espectaculares 270cv. Es el Peugeot de serie más potente de la historia de la marca del león y para que ese aumento desproporcionado de la potencia no perjudique la fiabilidad del motor; se ha recurrido a reforzar las bielas y los pistones, le han incorporado un turbo más grande y el colector de escape, ahora soporta temperaturas mucho más elevadas, además de emitir un sonido más bronco.


También se han ocupado de hacerlo más ligero (1.280 Kg) montando piezas de materiales más livianos, con lo que la cura de adelgazamiento es de unos 17 Kg respecto a la variante de 200cv que es la que tuvimos la oportunidad de "pilotar" y de la que os hablaré más tarde. La altura también se ha rebajado en 10mm y los frenos están sobredimensionados a 380mm en el eje delantero, montados sobre unas llantas, en este caso, de 19".


Las suspensiones se han visto endurecidas y la barra estabilizadora del eje trasero se a retrasado un poco más, para favorecer el agarre y la agilidad del conjunto. También cuenta con un diferencial autoblocante delantero tipo Torsen y un alerón trasero, que ofrece un cierto apoyo aerodinámico en altas velocidades.


Con estas mejoras tan sustanciales; el RCZ-R es capaz de alcanzar los 250 Km/h de velocidad punta, limitada de manera electrónica y acelera de 0-100 Km/h en solo 5,9 segundos, con un consumo medio homologado de solo 6,3 l/100 Km.


Se presenta oficialmente en el presente Salón de Frankfurt, aunque ya se dejó ver en el Festival of Speed de Goodwood y probablemente llegará a nuestros concesionarios a partir del próximo año. Pero allí pudimos contemplar el adelanto. Bueno; os voy a ser sincero. Si miráis detenidamente a la foto, los más observadores y avanzados, podréis comprobar que no era realmente el RCZ-R, aunque quisieron traernos una versión muy similar para que nos hiciéramos a la idea y probablemente, muchos de los que estaban allí ni siquiera se dieron cuenta.


En esos momentos; un sonido realmente escandaloso que provenía de la calle, hizo que todos girásemos las cabezas hacia allí. Se trataba del motor del 208 GTI de competición, que había copado los tres primeros puestos de su categoría en las recientes 24 Horas de Nürburgring y que en esos momentos cobraba vida, para que un piloto de la revista mensual, Automóvil Fórmula, le diese unas vueltas a unos de los pocos agraciados que ganaban ese puesto de copiloto después de que los responsables hiciesen un sorteo entre los asistentes.


Por desgracia, no fui uno de esos agraciados, aunque hubiese sido un "puntazo" y por supuesto; os hubiese comentado mis impresiones en esta entrada. En fin..., ellos se lo pierden.

Se trataba de una auténtico coche de competición para asfalto, realizado sobre la base del 208 GTI y con ciertas reminiscencias al 208 que construyeron para que Sebastian Loeb batiese el récord de la subida al Pikes Peak de este año.

Las diferencias con el coche de calle son patentes a un simple golpe de vista. Es más ancho (1,82 m), y más bajo que el 208 GTI de serie. La altura se varía según las características del circuito hasta un máximo de 1,40 m y cuenta con un enorme alerón trasero regulable de 1,44 m de ancho, que cumple con creces con las necesidades aerodinámicas del coche a muy altas velocidades y que hay que desmontar si queremos acceder al maletero. La longitud no varía, pero la batalla a sido aumentada para que el coche sea más manejable en las curvas rápidas.


Los frenos son unos enormes e infatigables discos delanteros de 355 mm y unos traseros de 290 mm, mordidos por unas pinzas AP Racing de seis pistones delante y de un solo pistón detrás, que es el mismo sistema que emplean en el WRC para rallyes de asfalto. Los amortiguadores están firmados por el especialista Öhlins y el esquema de suspensiones está modificado por el propio equipo de Peugeot Sport. También cuenta con un diferencial autoblocante de deslizamiento limitado para el eje delantero que evita, en la medida de lo posible, que el coche subvire demasiado.


En el interior nos encontramos con un display de información, que se puede configurar a gusto del piloto, una pequeña consola central con botones para arrancar el coche, ajustar la potencia, el tacto del acelerador, conectar el programa de lluvia..., unos buquets de competición Sparco con arneses de seis puntos y la obligatoria jaula anti-vuelco anclada al chasis.


El motor es derivado del que utiliza el 208 GTI de serie; un 1.6 de 200cv, solo que en este caso a sido modificado para que alcance la escandalosa cifra de 330cv para mover tan solo 990 Kg de vehículo hasta pasados los 250 Km/h.


Va asociado a un cambio secuencial de competición firmado por Quaife de seis relaciones y con levas de accionamiento detrás del volante. Según la información de que dispongo; es un motor muy perezoso a bajas revoluciones, pero una vez que se supera la cifra de las 4.000 rpm; empuja como si no hubiera un mañana hasta las 6.200 rpm.


No pude comprobarlo "in situ", pero a juzgar por el estruendo que se escuchaba cuando el coche circulaba por el circuito una vez que se superaban ciertas revoluciones, se notaba como el coche pedía más guerra.


Una vez contemplada esa obra de la ingeniería, que se aproximaba a los 300.000 euros de factura, enseguida nos llamaron para entrar en la sala improvisada en el remolque de un camión, donde el redactor jefe de la revista Automóvil nos iba a impartir un "briefing" del circuito y "vendernos" un poco más la marca que patrocinaba el evento.


Al salir del "camión-aula", una azafata nos llevó directamente a probar el Peugeot RCZ en el circuito. Ante nosotros se presentó el instructor que nos iba a enseñar los trucos de la pista, las trazadas que debíamos tomar y las normas que debíamos seguir.


Nos montamos los tres "pilotos" con él en un 508 y emprendimos la marcha. Como se nota que tenía el "culo pelado" de enseñar a la gente una y otra vez y que también se divertía con lo que estaba haciendo.

Rápidamente empezó a coger velocidad y a tomar las curvas de una manera firme y decidida. Los pobres que íbamos de copilotos nos agitábamos de un lado a otro del habitáculo, acompañando con el cuerpo las trazadas y menos mal que llevábamos el cinturón de seguridad puesto, porque sino alguno nos habríamos encontrado sentados en la cuneta de alguna curva.


Tres conos nos marcaban cual era la trazada perfecta en las curvas. El primer cono era el cono de entrada y lo teníamos que pasar rozando y una vez superado, empezar a girar el volante. El segundo cono era el cono de contacto, que marcaba el momento en el que encontrábamos el vértice de la curva y cuando debíamos "relajar" la maniobra, para que la propia inercia del coche nos llevase hasta el tercer cono que era el de salida y marcaba el momento en el que habíamos salido de la curva y podíamos acelerar sin miedo.


Con esas marcas, trazar a la perfección me resultó extremadamente sencillo y aprovechar las capacidades del coche era pan comido. Pero no todo era tan fácil como os estoy relatando.


El circuito de Castellolí es relativamente corto. Tiene una longitud de 4.144 metros, con 7 curvas a la derecha y 4 hacia la izquierda, un ancho máximo de pista de 14 metros, una recta principal de 624 metros y una pendiente máxima de un poco más de 8%, con una dificultad media-alta.

Es un circuito de cuarta-quinta velocidad, pero con una gran variedad de curvas y cambios de rasante que hacen que sea muy divertido y entretenido intentar sacar la quinta esencia a cualquier coche que conduzcas en él. Por eso digo que no es tan fácil. Sino; mirad una muestra de como era y después opináis.

Si no conoces el circuito (era mi caso), la sucesión de curvas lentas y de curvas rápidas, junto con bajadas y subidas, llegan a embotarte el cerebro y empiezas a acumular trabajo.


Las trazadas que llegué a hacer eran casi perfectas, pero en ocasiones iba pasado de frenada, en otras los 200cv se querían ir a su "bola" porque mi fogosidad con el acelerador no estaba coordinada con el radio de la curva... !y que carajo!; yo había ido a disfrutar y ver de lo que era capaz el rival comercial de todo un Audi TT.


La verdad es que sí que hice que el ESP me pusiera las cosas en su sitio en un par de curvas y la frenada de emergencia me ayudó descaradamente a tomar una curva ciega de izquierdas que me pilló totalmente desprevenido, pero el RCZ te perdona casi todo y como digo; logré hacer las trazadas a la perfección, a pesar de mis errores iniciales.


El deportivo francés tiene un gran aplomo y los 200cv son más que suficientes para mover con soltura un coche de estas pretensiones; aunque bien es cierto que me pareció que la electrónica era un poco intrusiva y no me dejaba "jugar" con él lo que hubiera querido. Tenía una clara tendencia subviradora (típico de los tracción delantera), pero nada preocupante y con reacciones muy previsibles en todo momento.


La dirección se mostraba muy directa y transmitía bastante bien lo que estaba ocurriendo debajo de las ruedas, aunque el volante achatado en su parte inferior, te dificultaba un poco las maniobras en las curvas más cerradas.

Por lo demás; el RCZ tiene una conducción deliciosa y a pesar de la electrónica, es un coche muy divertido y muy fácil de conducir rápido, aunque no tiene ese toque "racing" que esperas en un 2+2 plazas.


Acelera de 0-100 Km/h en 7,5 segundos y alcanza una velocidad máxima de 235 Km/h, además de tener un consumo homologado en ciclo mixto de tan solo 6,9 l/100 Km. Su precio es de unos 32.500 euros y por esa factura viene muy bien equipado, aunque si queremos rematar con algunas opciones, no son especialmente caras, así que el precio final con todo no superará los 2.500 euros más.


Una vez acabadas las vueltas en el circuito "grande" y de sacar algo de partido al deportivo de Peugeot; nos trasladaron al circuito de "handling" que os he comentado al principio, para enseñarnos las técnicas de conducción necesarias para una emergencia en asfalto húmedo, mojado y con hielo.


Se trataba de un circuito corto, muy revirado y con varias subidas y bajadas, en el que se alternaban tramos de asfalto especial con poca adherencia y zonas en las que el asfalto estaba pintado y simulaba la adherencia que tendríamos con el suelo helado.


Ahí nos encontramos con dos unidades del RCZ (acompañadas por dos unidades del 208 GTI), pero esta vez con el motor HDI 2.0 de 163cv. Tampoco te daba para exprimirlo, porque casi el propio circuito no te invitaba a meter la tercera, pero suficiente para comprobar las cualidades dinámicas y la agilidad del vehículo en los virajes más cerrados y enlazados.


La prueba consistía en hacer el circuito lo más rápido posible sin salirse ni tirar ninguno de los conos, además de atravesar las zonas pintadas y esquivar unos de esos conos en plena frenada de emergencia y con la ayuda del ABS y el BAS, para justo después; afrontar una curva de 180º y comprobar las virtudes del ESP mientras tratas de trazar correctamente a base de volante y acelerador. No es por tirarme flores; pero la verdad es que se me dio muy bien. ¿Será porque me ha tocado conducir varias veces por carreteras nevadas y heladas?.


Ahora viene la única crítica al evento, ya que todo; absolutamente TODO, me resultó muy satisfactorio, divertido, instructivo y muy bien organizado.


La crítica es que cuando terminamos todas las pruebas, debíamos valorar el evento en una encuesta para después; recibir un obsequio de la marca. No era necesario, ya que entiendo que la organización les costaría una "pasta" y la crisis nos afecta a todos, así que el detalle consistía en una gorra de la marca y una revista de coches !!!de mayo!!!. Si nos vais a dar una revista, por favor; que sea por lo menos actual ¿no?.


Con excepción de ese pequeño detalle; el evento y la organización me parecieron espectaculares y el trato tanto de los organizadores, de los instructores, de las azafatas y de los redactores de la publicación colaboradora, fue realmente encomiable e intachable, además de hacernos el evento en sí muy ameno.


Disfruté mucho y a pesar de que me quedaban otras 5  horas de viaje de vuelta; me volví con una gran sonrisa tatuada en mi cara... y por carreteras nacionales de doble sentido, para comprobar si realmente aprendí como se trazan las curvas correctamente.


Mi más sincera enhorabuena a Peugeot España y a Motorpress Ibérica por la organización del evento y muchas gracias por todo. Espero que sigáis haciendo cosas de estas para el gran público y por supuesto; yo seguiré apuntándome para ver si vuelvo a tener la oportunidad de compartir esas experiencias con vosotros e invitar a los lectores desde este humilde blog a que se apunten también.


Una vez más; !MUCHAS GRACIAS!.


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